Para cambiar el mundo, lo primero que tienes que hacer es moverte. Si tienes una idea que puede beneficiar a muchos, sin ser impositiva, tienes que llevarla a todos lados. Cuando compartimos nuestras ideas, las exponemos a los cuestionamientos de los demás y así, se enriquecen. Además, si no te mueves, nunca vas a llegar más lejos de donde ya estás parado.
Malala Yousafzai es una jóven de 20 años que se ha movido por todo el mundo, a pesar de las condiciones adversas que la rodeaban, porque está convencida de que la educación puede mejorar las vidas de todas las personas y, especialmente las vidas de las niñas y mujeres. En 2014 le otorgaron el premio Nobel de la paz y es la persona más joven en ganárselo. Esto nos demuestra que, como ella dice, cualquiera puede cambiar el mundo, si se decide hacerlo y sacrifica lo necesario para empezar a moverse.
Como parte de una gira que está llevando a cabo en nombre de su fundación, Malala Fund, la joven visitó México el 31 de agosto de 2017 y se presentó frente a una audiencia de estudiantes en el Tec de Monterrey, campus Santa Fé. Durante su presentación, Malala dejó a los mexicanos valiosas lecciones que hoy, tal vez más que nunca, vale la pena adoptar .
La educación es un recurso muy valioso y todos lo merecen
Malala está completamente segura de la educación es uno de los recursos más importantes para cada persona y que, al democratizarla estamos sumando al desarrollo económico de todo el mundo. Gracias a su propia experiencia de vida, ha comprendido a la educación como el eje central para la transformación de las relaciones sociales. Por otro lado, su lucha solicita que la educación de todos sea de muy buena calidad, no sólo porque si no, poco sentido tiene ejercerla; también porque todo el mundo merece buena educación. Una de sus frases más célebres, lo resume así: "Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo."
Tú eres capaz de cambiar el mundo, no importa quién seas
Ella es el ejemplo perfecto. Cualquier persona, en cualquier parte sin importar si es hombre o mujer, joven o viejo, puede cambiar su entorno. Dijo con convicción: "Los gobiernos no van a hacer nada por ustedes" y nos invita a tomar los asuntos que nos preocupan en nuestras propias manos. "A veces creemos que necesitamos convertirnos en Primer ministro para cambiar al mundo, pero ustedes pueden hacerlo."
Hay que aprovechar la tecnología existente
Por si lo habías olvidado o por si creías que no era cierto, Malala lo recuerda: en México hay tecnología, ciencia y desarrollo e investigación de ambas materias. Las herramientas para modificar las cosas están a la mano, sólo hay que tomarlas, pedir ayuda, aprender a usarlas, organizarse con los demás. Por otro lado, como esta joven afirma, las nuevas tecnologías de la comunicación, nos permiten alzar la voz, llevar lo que pensamos muy lejos y conectar con gente de otras partes con las que tal vez compartimos problemas sociales y con los que podemos intercambiar soluciones. "No tengan miedo, háganlo."
Las mujeres son poderosas y necesitan saberlo
Cuando Malala era un niña en Pakistán vivió la experiencia de ser privada de tener educación por ser mujer. Este ha sido su motor. Explica que en México, las condiciones de educación para la mujer no están cambiando. En su blog se afirma que Latinoamérica es el único lugar del mundo en donde el matrimonio infantil está en aumento, mientras que en el resto del mundo está disminuyendo. Además, se afirma que 1 de cada 4 mujeres mexicanas se casarán antes de los 18 años y que el 90% de estas chicas nunca vuelven a la escuela. Pero tener educación es un recurso que debería ser un derecho de todas. El problema, como lo explica ella, es que a las mujeres no se les dice que tienen derechos propios, que pueden reclamar. Malala no piensa que las mujeres no deban ser madres, pero que serlo debería ser una elección. Los sueños de cada una van primero.
"… las mujeres no creen en sí mismas y debemos cambiar eso."
El odio entre las personas tiene que terminar
Los problemas entre personas tienen raíz en un odio fundado en las divisiones políticas. Estas divisiones que son, en realidad, arbitrarias, contingentes y mutables, no tienen por qué activar la diferencia desde el enojo; en su lugar habría que apostar por una equilibrada diversidad.
Siempre he creído en el amor, en vivir juntos, y cuando veo los mapas pienso ¿por qué la división? ¿Por qué el odio por nacionalidades, por tu religión? La discriminación no es el camino correcto, el odio que existe es inaceptable.
*Imágenes: 1)Adrián Vázquez; 2)Revista Tlatoa; 3)National Geographic