En un mundo preponderantemente visual como el nuestro, es preciso recordar que el paisaje sonoro que se crea día con día contiene, por naturaleza, una gran cantidad de información con respecto al espacio donde resuenan. La suma de sonidos de cada escenario –con sus matices, sus ritmos y ornamentos peculiares–, fabrican también la identidad de un pueblo; sus estructuras lingüísticas, su cultura. Y es incluso un medio por el cual se puede obtener un mapa simbólico de lo que significa tradición para cada sitio.
La relación sonora entre seres vivos y medio ambiente es un tópico que plantea Daniel Goldaracena en su proyecto Book of Sounds, una colección de sonidos, ruidos y ecos provenientes de algunas ciudades de toda la orbe, especialmente de México. Para Daniel –músico, ingeniero y productor mexicano radicado en Holanda–, el sonido es un referente vivo para estudiar las practicas culturales de los grupos sociales que ha conocido a través de sus viajes. Cada urbe, cada pueblo y barrio del mundo es un ecosistema acústico que puede llegar a formar armoniosos encuentros si se conjugan en un solo canal.
En su página web, se distinguen grabaciones de Etiopia, Vietnam y la India, así como otras más de culto provenientes de barrios en Puebla, Veracruz, y la Ciudad de México. En Puebla, por ejemplo, grabó a Yohualichan, lugar de 70 lenguas indígenas, en lo que aparentemente se escucha como una festividad donde violines y cantos se reúnen para armonizar los susurros en dialecto. Los siguientes audios son grabaciones cortesía del sello internacional Substrata.
En la región de Tlacotalpan en Veracruz, inmortalizó los sonidos del día de la Virgen de la Candelaria, donde se logra escuchar un son jarocho en vivo —producto de los ritos musicales prehispánicos y la llegada de africanos interpretes al estado. En esta celebración se pone a la virgen dentro de un río mientras los presentes cantan y hacen oraciones en su honor.
A través de estas y otras grabaciones, Book Of Sounds nos proyecta un mosaico de realidades que nos invita a imaginar las historias que resuenan en otro sitio paralelo al nuestro. De igual manera, resulta un compendio antropológico emblemático, que de no ser grabado muy probablemente desaparecería en el tiempo.