La conectividad es un asunto vital en nuestro tiempo. Sin embargo, en México el 34% de la población no tiene acceso a internet.
Mientras que los investigadores que presentaron el más reciente Estudio de Hábitos de Usuarios de Internet en México 2019 (desarrollado por Internet.mx) afirman que este sector "está compuesto por los grupos poblacionales cuya actividad depende en menor medida de la tecnología", hay otra razón detrás de este hecho.
Como explica Mariano Gómez, maestro de primaria chiapaneco y miembro del colectivo tzeltal Ik’ta k’op (Palabra al viento) de Abasolo, a las comunidades de extrema pobreza se les niega el acceso a Internet porque prestarles el servicio no es remunerable para las empresas que lo proveen.
Pero en muchos sentidos, Internet es una herramienta indispensable, particularmente para las minorías del país. Sin acceso a esta herramienta y a toda la información que se distribuye en ella, su participación social se minimiza. Sin Internet, en muchos casos, estas comunidades se quedan al margen de asuntos de derechos, política y defensa de territorio.
Además, Internet permite flexibilizar y mejorar la eficiencia de procesos cotidianos: desde la educación, hasta el comercio (eliminando intermediarios), pasando por la simple comunicación entre amigos y familiares. Esto último es muy importante para las familias separadas por la migración a Estados Unidos.
En México, el 86% de los usuarios de internet está en áreas urbanas.
Esta comunidad en Chiapas, cansada de ser ignorada por los grandes proveedores de Internet, creó ‘Palabra al viento’ un proyecto comunitario que acerca el mundo digital a las poblaciones indígenas. pic.twitter.com/Fuu03f8f86
— AJ+ Español (@ajplusespanol) July 23, 2019
Con todo esto en mente Mariano Gómez inició en 2016 el colectivo Ik’ta k’op para producir su propia conexión a internet en Abasolo, Chiapas. En este estado solo el 16% de la población tiene acceso a la red. Su propuesta es accesible y solidaria. De hecho, las familias que no pueden pagar por el servicio lo intercambian por trabajo para el colectivo.
Pero no solo se trata de conectarse, sino de hacerlo en sus propios términos. En palabras del colectivo: "Más que un acceso a la comunicación e información, se busca apropiar la tecnología desde la cosmovisión indígena, ejerciendo nuestra libre autodeterminación en la generación de nuestros propios medios decidiendo comunitariamente en qué forma hacerlo."
Por eso, una de sus labores clave es generar contenido en su propia lengua, el tzeltal, para que los usuarios de su red puedan encontrar un gran acervo de buena información y entretenimiento que realmente les sea útil y resuene con su entorno.
Además, son muy conscientes de que el "uso excesivo de las redes sociales" implica que sus datos personales sean almacenados, analizados y utilizados por grandes empresas que en muchos sentidos, los han dejado fuera de la ecuación. Por eso están generando alternativas. Sin duda este es un proyecto con el que hay que conectar y en la medida de lo posible, comenzar a replicar.
*Imagen destacada: Ricardo Gómez Garrido