Calakmul, Tikal, el Mirador y Palenque, fueron los grandes centros mayas de la época del periodo clásico. Calakmul, centro arqueológico explorado desde la década de los 30 del siglo pasado, no ha dejado de dar sopresas.
Enclavada en la selva, en una Reserva de la Biósfera llamada también Calakmul, esa ciudad guarda muchísimos misterios y por su importancia en 2002, la Unesco le otorgó el nombramiento de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En estos días una noticia en el mundo de la arqueología ha emocionado a muchos. Como sabemos, los cenotes y las grutas fueron imprescindibles espacios en el mundo ritual de los mayas, relacionados con el inframundo. Lugares de sacrificios y comunicación, donde de algún modo se “activaba2 la vida.
Un ernorme corredor al interior de una gruta ha sido descubierto en estos días en Calakmul por investigadores del INAH. Según expuso Helena Barba Meinecke, responsable de la Subdirección de Arqueología Subacuática de la Península de Yucatán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH):
Es un corredor de varios kilómetros que apenas se está dimensionado y trazando, pues realmente hasta el momento no se conoce el croquis completo de toda su extensión
Además de las pinturas, vasijas e incluso hasta osemaneta, Barba advierte:
Hay incluso lugares en lo más profundo de estas cavernas en donde los mayas llevaban a cabo sus rituales y sacrificios sagrados.
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*Imágenes: Kay Vilchis