"Choo Ba’ak" es el hermoso y singular ritual maya que reúne a vivos y muertos anualmente, en la comunidad de Villa de Pomuch, Campeche. La práctica puede parecer extraña para muchos, incluso escandalosa; pero eso solo sería otra evidencia de la relación distante que, a pesar de todo, guardamos con la muerte y particularmente con el cuerpo muerto.
Durante el "Choo Ba’ak", que se celebra cerca del Día de muertos, familiares de los difuntos, visitan el panteón de Pomuch —que es un cementerio abierto— y extraen sus huesos, que se guardan en cajas de madera sin tapa. A continuación los limpian cuidadosamente, con brochas y trapos, removiendo el polvo y las partículas descompuestas.
Mientras tanto, aprovechan para comunicarse con ellos; les relatan acontecimientos del año; les recuerdan que los extrañan. Al terminar, los restos son envueltos en un colorido paño nuevo y limpio, bordado con el nombre o iniciales de los difuntos y depositados de vuelta a la caja, con el cráneo asomando para que reciba aire fresco y luz del sol.
Esta práctica puede tomar más de un día, depende del estado de la osamenta; pero se debe realizar antes del Día de muertos, desde el 25 de octubre, dejando los restos "presentables" para cuando las ánimas lleguen a visitar y compartir la ofrenda. Además, los nichos también se limpian, se pintan y adornan con flores frescas.
Es un gusto volver a sentirlos, como cuando estaban vivos
El ejercicio —que posiblemente guarda influencias prehispánicas— emociona a los pobladores de Pomuch. Una vez muerto, en esta comunidad el cuerpo debe mantenerse sellado por tres años antes de poder ser exhumado y limpiado por los familiares. Así, tarden tres años en poder volverlos a ver. La exhumación se permite en este sitio, pues se rige bajo sus propias leyes de usos y costumbres.
Actualmente no todos limpian los restos de sus familiares, algunos se valen del trabajo de otras personas, expertas en hacerlo. Las primeras veces, son por supuesto, mucho más complicadas —posiblemente en todos los sentidos—, pero mientras avanza el proceso de este cuerpo —que por estar cambiando, año con año, uno podría afirmar que mantiene una vida activa— la limpieza se vuelve más sencilla.
Pero es importante hacerla. Algunos piensan que, "si no se hace, los muertos se te aparecen en sueños, pues sus almas no están tranquilas." Además, aunque para los habitantes de Pomuch la muerte y el cuerpo muerto no son precisamente elementos que invocan terror, lo que sí da miedo, es que los vivos te olviden; así, el "Choo Ba’ak" se mantiene.
El "Choo Ba’ak", igual que el Día de muertos, es un momento para reencontrarse
Por supuesto, es una práctica que se realiza con cariño y, muchas veces, entre risas y gusto, porque implica un auténtico "reencuentro" con los que ya se fueron a otra vida. Pero no carece de un tono muy triste y nostálgico.
Aunque estas fiestas muy mexicanas son bien queridas por los extranjeros, precisamente por ser fiestas, también se trata de días densos, donde muchos nos tendemos a la reflexión sobre el fin de la existencia y nos permitimos conectar profundamente con la sensación de pérdida. Choo Ba’ak y Día de muertos, son mucho más que fiestas, son días para sentir en serio y encontrar, en ese caótico ejercicio, fuerza para seguir nuestros caminos.