Actualmente se vive en un mundo de instante. El perdurar de la imagen se vuelve un mito y, sin importar su contenido, el olvido es la única guía. No obstante, en esta era, aún existen las representaciones atemporales, aquellas cuya belleza e importancia perduran en el tiempo. El ejemplo más representativo de esta pictoralidad atemporal reside en los códices, cápsulas de tiempo, tanto de memoria y trazo.
El códice Quetzalecatzin (también conocido como Mapa de Ecatepec-Huitziltepec) es la prueba. La belleza y sinuosidad con que está trazado es única y la historia que encierra es igual o más de maravillosa. El códice muestra el paraje del sur de Puebla, desde la iglesia de Texcoco, sus inmediaciones, el lago de Texcoco, hasta la iglesia de Santa Cruz Huitziltepec. Otra de las características de este mapa es el retrato de la línea genealógica y propiedad de la tierra de la familia “León”, parentela que al ser inscrita en este códice, sin saberlo, se ha vuelto parte de la historia de estos antepasados.
La inmortalización que ha hecho de este árbol genealógico no es única. La particularidad de este códice reside en ser parte de las primeras piezas durante la época en la que los europeos y los nahuatls estuvieron en contacto. De esta manera, no sólo estos dibujos y figuras cobran la relevancia de un testimonio de los ancestros de México, sino en observadores de lo que vendría a ser esa zona en un futuro, el México que hoy en día se conoce. La fauna y fotografía pintadas lo comprueban, México desde sus inicios siempre fue una tierra de montañas y plantas sinuosas. El relieve de su geografía y naturaleza de los códices remite a la importancia de volver muchas cosas de dicho país como un patrimonio de la cultura y, sobre todo, su gente.
Actualmente, el códice se encuentra en la colección de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Aunque la vivencia de su tiempo en el presente, así como la prueba de su perduración, puede verse ya en línea. Recientemente, el códex ha sido digitalizado y puede ser consultado por cualquier persona en internet.
Durante mucho tiempo, el códice había pertenecido a colecciones privados, por lo que la oportunidad de verlo en línea significa una gran oportunidad para conocer la historia de México y la atemporalidad de sus ancestro, quienes, al fin y al cabo, también vivieron en su tierra.