A la llegada de los españoles, la mayoría de las tumbas del mundo mesoamericano fueron saqueadas, en parte por la búsqueda desmedida de las riquezas del Nuevo Mundo. Con el desarrollo arqueológico, que inició a comienzos del siglo pasado, han ido recuperándose parte de estos vestigios que hablan de la estrecha relación que las culturas prehispánicas tuvieron con la muerte, y la enorme significación que esta mantuvo prácticamente en todas las cosmogonías de estas tierras.
El reciente descubrimiento de un Panteón Prehispánico en la ciudad de Colima, sin embargo, resulta extraordinario. Primero porque contra todo pronóstico fue encontrado en el centro histórico de la ciudad; también porque la antigüedad del mismo es considerable. Según los cálculos fue adecuada hace unos 1,700 años.
Todo el Valle de Colima tuvo una ocupación importante, sobre todo entre los años de 1500 A.C- a 1500 D.C. El descubrimiento del Panteón Prehispánico es entonces una de las referencias más antiguas sobre el sitio.
El hallazgo fue una cierta coincidencia. Hace unos días, mientras se realizaban trabajos de remodelación de la iglesia Adventista del Séptimo Día fue encontrada "una oquedad de 50 cm de diámetro, que fue sellada con piedras de diversos tamaños, artefactos de molienda y huesos humanos al momento de efectuar su clausura en la época prehispánica."
De esta manera, la tumba estaba intacta, y en su interior fueron hallados hasta 12 individuos adultos de sexo masculino. Según la a antropóloga física Rosa María Flores Ramírez, del Centro INAH Colima, varios de los hombres tenían deformación craneana de tipo tabular erecto.
Según el INAH:
Los especialistas identificaron tres niveles de enterramiento, y en el segundo se encontró una ofrenda integrada por cuatro objetos cerámicos, entre ellas dos esculturas antropomorfas de rasgos masculinos y femeninos, respectivamente, dispuestos boca abajo en asociación directa a dos cráneos, a una profundidad de 1.60 m.
Este hallazgo podría representar "una pequeña ventana" a lo que fue un gran panteón prehispánico de la fase Comala (0 – 500 d.C.).
*Imágenes: Rafael Platas INAH