"No entiendo por qué no tuve yo la suerte de nacer en mi lugar favorito", canta sedosamente Dwayne Verheyden en su corrido "Mi Monterrey", resumiendo en una sola frase la explosiva pasión que le provoca la cultura norteña mexicana. No, no es una parodia; todo lo contrario: es un genial —y sí muy peculiar— homenaje a la música y a la vida de la región norte del país, cortesía de un joven holandés.
Aunque evidentemente tiene algo muy extraño, y sí, francamente divertido, ver a los TexMeXplosion, el grupo de Tex-Mex y norteña que lidera Dwayne, imitando las formas, las voces, el estilo y hasta la extravagante parafernalia de los grandes de la banda. Pero, la verdad, es que no están para ser cuestionados: Dwayne es un genio en el acordeón y sus videos de música grupera han enamorado a amantes de la norteña en todo el mundo.
Los "holandeses norteños", como les dicen de cariño sus admiradores, son cuatro chicos que armados con acordeón y bajo sexto, le han metido en serio al corrido durante los últimos 10 años —como si lo trajeran en la sangre— probando que sí, como bien dijo Chavela Vargas, los mexicanos nacemos donde se nos da la rechingada gana.
El amor por Monterrey y por la música fronteriza de estos holandeses norteños, empezó con el papá de Dwayne, que desde que era niño le enseñó el dulce placer de los corridos del Flaco Jiménez (de quien es probablemente el más grande admirador). Aunque nadie se imaginó que él crecería para volverse músico, maestro del acordeón, amante del norte y figura central para quien sigue este género musical.
Por otro lado, la asociación no es tan extraña: la música tradicional de Holanda, también es protagonizada por el acordeón y de hecho, el corrido norteño heredó mucho de ese género y otros tantos. Un pequeño recordatorio de que, a pesar de haber sido tachada en ocasiones de sencilla o "inculta", tocar norteñas es una auténtica proeza técnica y una forma de hacer referencia a nuestro imparable mestizaje.
El amor por Monterrey, fantásticamente reflejado en las letras de Dwayne (que es cantautor) y en sus recientes videos musicales, es otro asunto. Los clichés del norte están a la orden: desde el cabrito, las chelas, los primos, hasta la masculinidad regional. Pero tiene algo precioso y sí, también risible, estas ganas francas y profundas de haber nacido por acá, en tierras definitivamente más cálidas y caóticas.
Además, como dice Dwayne Verheyden, esta música es en serio: sus sonidos crudos, la voz rasposa y agrietada, la sinceridad del acordeón, su acabado rudo, sin tanta digitalización, recuerdan a una tierra bien curtida, con un espíritu recio y de eso nunca sobra estar orgulloso.
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Va una selección de sus videos. No importa si odias o amas la música norteña, te van a enamorar:
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