Frida Kahlo fue una persona que, además de por su obra pictórica, sigue inspirando también por su historia de vida. Como pocos, supo tomar el dolor de una manera irónica, incluso dulce. Puede decirse que su manera de abordar la enfermedad y sus decepciones amorosas son un ejemplo; la dulce Frida, como dijo Chavela Vargas: "Frida esparcía ternura como flores, sí, como flores. Una gran ternura, una ternura infinita".
La escritora Zena Alkayat y la artista Nina Cosford recientemente publicaron el libro: Frida Kahlo: An Illustrated Biography (Frida Kahlo: una biografía ilustrada) sobre la historia de vida de Kahlo. El libro es notable por sus originales ilustraciones donde podemos entrever a Kahlo desde la singularidad de sus objetos personales, o bien, sus mascotas.
Las ilustraciones que parecen acuarelas digitalizadas forman parte de una serie de libros publicados por Alkayat sobre luminarias femeninas de la historia del mundo como Virginia Woolf o Jane Austen, que pueden verse en este link.
Alkayat aborda aspectos no tan conocidos en la vida de Frida, como cuando a los seis años sufrió de poliomelitis y entonces su padre la consoló inspirándola a que, una vez recobrada, tomase clases de deportes usualmente practicados por hombres.
Aborda también su trágico accidente cuando apenas era una adolescente, cómo se mantuvo en cama, con buen ánimo, durante dos años, durante los cuales no pudo caminar. Luego su encuentro con Diego Rivera, que prosiguió a 30 años de relación, de algún modo tortuosa y profunda.
La manera en que Kahlo convirtió su desgracia en arte es altamente reconocido en este libro. De hecho, en 1953, llegó en camilla a la primera exhibición organizada en México sobre su obra por Lola Álvarez Bravo.
Las ilustraciones de este libro emanan ternura, como la misma Frida, un acercamiento desde otro tipo de estética que nos remite a ella misma.