Pocos saben de esta isla en la que se funden mar y cielo. En Mexcaltitán, una isla en Nayarit, habitan poco más de mil personas (familias pescadoras en su mayoría), y su nombre deriva de la diosa de la luna, Metztli.
Mexcaltitán significa por ello "en la casa de la luna". Tal vez por su peculiar forma que semeja al astro cósmico. Las creencias apuntaban a que se trataba de Aztlán, aquel lugar del cual partieron los aztecas, quienes fundarían más tarde, en el lago de Texcoco, la ciudad de Tenochtitlán y la de Tlatelolco. Sobre ello hay un debate inconcluso: existen arqueólogos e historiadores quienes, aseguran, no hay ninguna prueba que demuestre tal cosa; otros, no obstante, afirman que hay muchas similitudes que apuntan a que esta isla pudo haber sido la legendaria Aztlán.
La comparación entre Mexcaltitán y Aztlán es un tema de debate, pero resulta casi imposible comprobar cualquiera de las hipótesis de manera empírica. Por ello, el reconocido antropólogo mexicano Wigberto Jiménez Moreno, se limitó a decir “No tenemos pruebas […] Pero puede ser que la respuesta se encuentre en algún lugar bajo los cimientos de Mexcaltitán”.
Lo que hasta ahora mantiene la posibilidad son las coincidencias —como el nombre Mexcaltitán y Tenochtitlán—, y el hecho de que se trata de una ciudad lacustre. Pero quizás sea más un espíritu romántico y fantasioso el que ha mantenido la bella idea de que esta isla artificial es el lugar del cual surgió parte de nuestra cultura, y por tanto, se trate de la cuna de una identidad primigenia.
El orgullo de que esta isla sea comparada con la legendaria Aztlán es tal, que en ella se estableció el museo "El Origen", donde se exhiben objetos de culturas mesoamericanas, sobre todo de la mexica. Pero, a pesar de que su fantástico y probable origen es el primordial de sus encantos, la isla tiene, no obstante, otros cientos de ingredientes fascinantes. Tan sólo en 1986 fue decretada Zona de Monumentos Históricos, debido al peculiar trazo de sus callejones, la belleza de sus edificios y a la espesa y arraigada cultura que en ella prevalece.
Por otro lado, el hundimiento de Mexcaltitán, en temporada de lluvias, imprime en su geografía un toque singular, y sin duda hermoso. El río San Pedro es el caudal que hace posible este fenómeno, y como un regalo de la naturaleza, permite tanto a oriundos como a turistas deambular sus calles en un íntimo viaje a canoa. A muchos les vendrá a la mente Venecia, a otros más les recordará el inadvertido pasado azteca, que prosperó gracias a su geografía de agua, y a sus islas artificiales, la chinampa.
La maravilla de regresar a un pasado lacustre aguarda en Mexcaltitán. Si decides que esta será tu próxima parada, te dejamos algunas recomendaciones para llegar:
Se debe tomar la carretera a Santiago Ixcuintla, donde encontrarás una desviación que lleva al embarcadero La Batanga, en donde se aborda una lancha hacia Mexcaltitán en un recorrido lleno de vegetación y poco más que maravilloso. Aquí puedes ver el mapa de cómo llegar.
*Referencias: Mexcaltitán-Aztlán. Un nuevo mito
*Imágenes: 1) Passenger 6A ; 4) Amusing Planet