Sin que la mutación fuera completamente identificable, desde unos 20 años para acá el trabajo de algunos artistas callejeros ha paulatinamente retomado la usanza de los murales. Como siguiendo con una tradición muralista en México, esta tendencia ha llevado la mexicanidad a decenas de ciudades, extranjeras y nacionales.
El artista mexicano Saner forma parte de esta increíble y afortunada ola. Saner tiene una formación de ilustrador y diseñador gráfico (bastante común en los artistas callejeros) que le dotan de una técnica evidente. Como esta última dejó de ser garantía de reconocimiento, lo que verdaderamente llama la atención de su trabajo es su estilo en el que la reinterpretación de lo mexicano, desde una óptica de barrio, es muy especial.
Sanner hace uso sobre todo de máscaras, muy luminosas y coloridas; también de calaveras, pero sobre todo siempre disfraza a sus personajes con máscaras como de naguales prehispánicos. Alude también a acabados de textiles étnicos, colmados de geometrías diversas y hermosas; como un reconocimiento a la estética que han aportado los textiles mexicanos al mundo.
Sus murales son un reconocimiento a la pictórica mexicana. Ha llevado a las calles grandes obras que prescinden del museo; que aparecen, y como pueden un día estar, al otro día no…
Las siguientes fotografías muestran el mural que pintó en Filadelfia para complementar su exposición Fragments of the Soul; llamado Philos and Adelphos. En él vuelve a sus máscaras, esta vez como de jade, que recuerdan a las máscaras mayas de este material como la hermosa Calakmul.
Las hojas rosadas de debajo son como un fuego alegre, y en combinación con los trajes indígenas de los protagonistas, explaya deliciosamente la cromaticidad de un México arcaico y también contemporáneo.
*Imágenes: 1)Steve Weinik, 2)Ryan Psota, 3)Marina Favorites, 4)Philadelphia Magic Gardens