La posibilidad de la conciencia, de darnos cuenta que nos damos cuenta, supone una condición tanto afortunada como complicada. Este fenómeno, al cual solo accedemos los humanos hasta lo que conocemos ahora, nos invita a creer en la posibilidad de un sentido más allá de la muerte. Prácticamente todos los grupos indígenas de México han creído en lo anterior.
Por ello la muerte fue y es siempre un paso a la existencia, colmada de niveles a los que acceden las almas una vez “perecidas". En el caso de los tarahumaras, por ejemplo, "el cuerpo es acompañado por gran parte de la comunidad, incluyendo niños. Los Owiruames (doctores) y personas cercanas al fallecido comienzan hablarle para desearle un buen camino, le dan consejo sobre cómo debe seguir viviendo y ser feliz para que, a su vez Onoruame, esté contento. Mientras tanto "nosotros, los que nos quedamos en la comunidad, seguiremos haciendo fiesta y más adelante nos encontraremos en alguna travesía".
En época prehispánica, los aztecas ofrendaban a sus muertos alimentos, y también se les invocaba en distintos momentos para conseguir sus favores. El alma de una persona muerta, continuaba un camino hacia Mictlán (conformado por 8 niveles), incluso durante 4 años.
El camino de los muertos, es uno en el que los vivos influyen, ayudan, acompañan, y los cantos y la música, antiguos métodos de invocación, han figurado en la historia de las culturas indígenas mexicanas como medios fundamentales para el acompañamiento de los muertos.
Los siguientes son sones documentados por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el marco del Festival de la Diversidad: La muerte en la música y la danza de los pueblos indígenas que se realizó en la Ciudad de México en octubre de 2004.
Para los pueblos indígenas la muerte es más que eso, su celebración es un vehículo conducente a los tiempos primigenios en donde se creó el mundo a partir del eterno caos cósmico. Los "antiguos" ahora pertenecen a ese tiempo y espacio sagrados, a ese universo mítico que da sustento a la cultura; ellos han pasado a formar parte del imaginario social que permite pensar, sentir y actuar en el mundo.
Compartimos estos cantos ceremoniales, y antes del reproductor, desglosamos su grupo y lugar de origen.
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- Cantos fúnebres. Cucapás de San Luis Río Colorado, Sonora
- Ceremonia Ritual. El Día de Todos los Santos. Tzeltales de Tenejapa, Chiapas.
- Ceremonia Ritual. El Día de Todos los Santos. Tzeltales de Tenejapa, Chiapas. II
- Sones para Difuntos. Nahuas de Pajapan, Veracruz.
- Sones para el Día de Muertos. Nahuas de Tlamixtlahuacán, Guerrero.
- Sones para encaminar a las almas. Popolucas de San Fernando, Veracruz.
- Sones tradicionales alusivos al Día de Muertos. Jacaltecos de Amatenango de la Frontera, Chiapas.
- To xo´ó Danza de los Muertos. Mazatecos de San José Independencia, Oaxaca.
- Vinuetes de la Huasteca.
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*Imagen: CDI