Mística y ancestral, la civilización maya ha impactado desde el norte de México hasta el sur en Centroamérica. De alguna manera los mayas incentivaron la creatividad humana por medio de sus conocimientos en la agricultura, estructuración de una magnífica sociedad, arquitectura monumental, escritura e inclusive sistemas calendáricos. Se trató de un efecto expansivo en que ha superado las barreras temporales, extendiendo sus raíces a lo largo de la gastronomía, tradiciones y costumbres, cosmogonía y lenguaje.
El territorio maya cubrió casi toda Mesoamérica, manteniendo una relación intrínsecamente ligada con los olmecas, mixtecos, teotihuacanos, aztecas y más. Inclusive, las ciudades Tikal y Kaminaljuyú fueron focos principales de intercambio comercial en el altiplano central de México. Fue así que la civilización maya comenzó a expandirse a través de su diversidad lingüística, con palabras compartidas y un sistema numérico vigesimal.
De hecho, la familia lingüística maya está compuesta por cinco “subfamilias” –ch’ol-tsotsi, huasteca, yucateca, chujeana-kanjobal, quicheana-mameana– que se hablan tanto en México, Guatemala y Belice; mientras que en el interior del país, en Chiapas, Tabasco, Yucatán, Quintana Roo, Campeche, San Luis Potosí y Veracruz. Inclusive, de acuerdo con los datos de SIL International, todas las lenguas originarias de Chiapas, son originarias mayas, las cuales no tienen relaciones con ningún otro dialecto en México.
Si bien el protomaya comenzó mediante jeroglíficos, su uso se diversificó a lo largo de los siglos –principalmente durante el periodo clásico, entre el 250 y 900 d.C.–. Incluso, se han encontrado más de 10 000 inscripciones mayas en edificios, monumentos, alfarería y códices. Como por ejemplo, numerosos símbolos abstractos –el cero– para simplificar la comunicación así como las matemáticas. Su origen fue el protomaya, una lengua que cuyos orígenes se derivan de hace 5 000 años y la cual formó parte de una convergencia lingüística que se fue desarrollando a través de milenios de interacción entre los pueblos mesoamericanos.
Entre los aspectos más característicos, por ejemplo, se encuentran el uso de la ergatividad –el sujeto de las construcciones intransitivas se marca de la misma forma que el objeto de las transitivas–, inflexiones en los verbos y una categoría gramatical única de la lengua. La mayoría de las lenguas de la familia maya tienen palabras largas y complejas, con prefijos y sufijos; como por ejemplo, “el maestro”, en maya es li jchanubtasvaneje. Escucha fragmentos del maya aquí.