En México crecen hasta 64 tipos de chiles, aunque no todos son endémicos. Muchos de ellos son también de centro y sudamérica. Aún así, la diversidad endémica de esta especie en este país es impresionante.
Más allá de una folclórica experiencia, comer chile te proporciona vitaminas, tiene efectos anticancerosos, analgésicos, antiooxidantes, antiinflamatorios, y antimicrobianos y está comprobado que existe un motivo neuronal sobre por qué nos gusta tanto.
Hoy te compartimos un infográfico de la Conabio que muestra los chiles endémicos de México (aquellos oriundos solo de este lugar). La gran mayoría son los nativos domesticados, es decir, los que el hombre mesoamericano fue obteniendo a partir de la experimentación con especies. Recordemos que los habitantes de esta zona tuvieron una larga tradición de experimentación biotecnológica, como muestra el maíz, que surgió a partir de la domesticación del teocintle.
Los nativos silvestres suelen ser los más pequeños (muchos de ellos secos), como chile pulga, shigundu, max iik, amashito, chocolate shuladi, chile de monte, piquín de Coahuila, canica, chiltepín de Sonora, bolita de Veracruz, chilpaya, quimiche, totochili, timpinchile.
Por su parte, de chiles introducidos solo hay dos; la variedad de los domesticados te sorprenderá.
Puedes vel el cartel con más detalle, aquí.