De las más elegantes muestras “pictóricas” de México están los bordados en las mantas conocidas como tenangos, oriundas de Hidalgo, sobre todo del municipio de Tenango de Doria. Y estas tienen mucho de alusión a las pinturas rupestres; de hecho, se dice que vienen de una tradición de origen mítico plasmada en la cueva del Cerro del Brujo, en la sierra otomí, tepehua.
Ahí sobre todo las mujeres han continuado con un legado de bordado en el que el acomodo de animales y demás elementos de la naturaleza se combinan con grecas y algunos otros símbolos prehispánicos.
Quizá lo más increíble sea justo este acomodo, como una inscripción psicodélica donde los elementos cuasi encimados llevan un ritmo lúdico; los colores son de los más alegres de la artesanía mexicana, y siempre subsiste un dejo de pintura primitiva
El artista plástico chileno Carlos Arias lleva ya más de 20 años viviendo en México y ha quedado maravillado por los bordados mexicanos, en especial por los tenagos. Se considera que Arias se ha ganado un lugar ya en la historia de la artes plásticas con sus bordados que hacen una alusión minuciosamente artesanal a la pintura.
El bordado es una escritura y me permite asociarlo con la pintura, porque yo soy pintor y no bordador. Y a pesar que es un medio que no sé cómo clasificarlo, sé que el bordado es la pintura, es la imagen" nos dice en una entrevista para La Jornada.
Hoy hacemos un compendio de los bordados con la estética de los tenangos que Arias ha intervenido, no como una reapropiación, más como un tributo a estas creaciones milenarias y hermosas.