Cada rincón de este vasto territorio es majestuoso. Tal vez algunos rincones ocultan su belleza bajo un poco planificado entorno urbano o una mala gestión de los recursos naturales; pero la tierra mexicana nunca dejará de ser sorprendente. Y al centro y sur del país, gozamos de un paisaje espectacular, dominado por unos personajes memorables: los volcanes.
Estas preciosas montañas vivas —todas distintas y todas entrañables— han protagonizado mitos diversos imaginados por diversas civilizaciones; han visto pasar el tiempo y miles de cambios en la cultura local; además, con su presencia y sus violentos (pero completamente naturales) exabruptos, han modificado nuestras vidas.
Su potencia es fascinante y su perfil, que adorna místicamente nuestros paisajes, nunca pasa desapercibido. Son muchos los fotógrafos que los visitan constantemente, buscando que muestren sus diversas caras. Entre ellos está Luis García, un fotógrafo local que ha dedicado mucho de su obra a los volcanes mexicanos.
Recientemente, García decidió celebrar su primer lustro de capturar volcanes con una explosiva galería que muestra lo mejor de su obra y que, sin duda, transmite mucho de la sensación que suele invadirnos al admirar a estos gigantes efervescentes.
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