Se trata de un ritual que más allá de su espectacularidad esta impreso con un complejo cuerpo de símbolos. Si, mucho más allá del espectáculo, el vuelo de los Voladores de Papantla es un rito cosmogónico en el que además, y de manera evidente, los participantes arriesgan la vida.
Inmersos en una concentración casi mística, y ejerciendo las habilidades obtenidas tras arduo entrenamiento, los voladores desafían la muerte sostenidos a treinta metros de altura del piso. Desde ahí, el caporal baila sobre el poste, tocando música y guiando la coreografía espiral; mientras tanto los otros cuatro, cada uno embajador de un punto cardinal, se entregan al vacío, amarrados de los pies y surcando el aire.
Este video nos adentra en la intimidad de la experiencia, o al menos de la perspectiva visual, que viven los dedicados Voladores de Papantla.