La pandemia de Covid-19 nos está pasando factura a todos. Ha destruido nuestra cotidianidad, desafiado nuestra identidad y puesto en tela de juicio mucho de lo que creíamos saber. Debemos tener en cuenta nuestros privilegios: nos podemos quedar en casa, ya sea escribiendo o leyendo estas notas, sin tener que ponernos en riesgo todos los días. Sin embargo, hay quienes no pueden hacerlo. La iniciativa Comidas Solidarias busca mantener las necesidades cubiertas de los grupos en situaciones delicadas: los campesinos, el personal de salud y los pacientes.
La actividad de los primeros dos grupos es esencial, y es su esfuerzo el que está manteniendo de pie al país en estos momentos difíciles. Como la gente no puede dejar de comer, el campo no para: miles de campesinos siguen trabajando la tierra todos los días, para que nosotros podamos poner comida en nuestra mesa. No obstante, el campo mexicano ha sufrido un abandono sistemático durante muchos siglos; la gente que lo trabaja es explotada y trabaja por salarios de miseria.
El segundo grupo es el que está en más riesgo, ya que se encuentra en la primera línea de defensa contra la pandemia. Son los médicos, las enfermeras y todo el personal de salud quienes cuidan a los enfermos, que bien pueden ser nuestros familiares, amigos o conocidos. Muchas veces trabajan jornadas brutales, sin descanso alguno, y quedan exangües después de tamaño esfuerzo.
Por último, la situación de los pacientes se sobreentiende. Necesitan de los mejores cuidados, y sus familiares también, para que puedan ayudarlos a salir. Por eso es que se creó Comidas Solidarias, un proyecto de Donadora que busca garantizar el acceso a comidas nutritivas y gratuitas a estos tres grupos. Afortunadamente, Comidas Solidarias ahora está en su segunda fase, lo cual quiere decir que ya tuvo éxito.
El proceso se lleva a cabo de la siguiente manera: se compran productos, a un precio justo, a familias campesinas mexicanas. Luego se les llevan a un grupo de chefs de la Ciudad de México, quienes los preparan. Después, la organización Gastromotiva recalienta y divide las comidas, para finalmente entregarlas a los hogares que lo necesitan, así como a instituciones sanitarias que requieren el apoyo.
Actualmente se entregan 250 comidas gratuitas al día, y este número se quiere incrementar. Las zonas rurales de nuestro país son donde se encuentran los recursos naturales que lo mantienen en pie, por lo que es vital apoyar la labor campesina a través del comercio justo y de cuestiones técnicas de agroecología. Es imperativo darnos cuenta que lo que realmente sostiene a la sociedad es el campo, y no las especulaciones de la bolsa de valores o los mega proyectos. Comidas Solidarias nos está enseñando el camino: visita su página de Donadora para enterarte cómo puedes ayudar.
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*Imagen destacada de: Noticieros Televisa