Tal vez lo más estimulante de recuperar un libro viejo son las anécdotas que de él surgen. Y si hay un libro marcado por sus preciosas curiosidades, ese debe ser el Álbum de animales mexicanos del escritor y pintor Gabriel Fernández Ledesma.
La joya plástica y literaria es una breve recopilación de ilustraciones y descripciones de 18 animales que habitan la tierra mexicana y que significan mucho para los habitantes de este país. La historia detrás del proyecto es tan especial como el libro mismo.
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Si no fuera por la leyenda en la portada que reza solemnemente "Ediciones de la Secretaría de Educación Pública" y el sello oficial del Departamento de Publicidad y Propaganda de México, sería increíble pensar que este fantástico libro es, de hecho, un antiguo libro de texto; de 1944, para ser exactos. Pocos ejemplares nos quedan, así que poder acceder a sus páginas es un auténtico privilegio.
La versión que aquí publicamos fue escaneada por Don Yorti, escritor estadounidense que se encontró con el libro de pura casualidad en los años 90’s mientras viajaba por la ciudad de Oaxaca. Originalmente buscaba grabados de Francisco Toledo, pero lo que encontró fue igualmente maravilloso: una edición de 1991 del Álbum de Animales Mexicanos.
Esta edición incluye una presentación del curador y coleccionista Ricardo Pérez Escamilla. En ella cuenta la historia del hermoso libro escolar: Fernández Ledesma, un relevante pintor mexicano del siglo XX, que siempre había luchado por hacer el arte accesible para los obreros, los campesinos, los estudiantes y los grupos sociales de bajos recursos, decidió compilar datos (como el nombre científico, las amenazas a las que la especie se enfrenta y más), narraciones y dibujos sobre algunos animales locales y crear un libro para niños. Las ilustraciones tendrían excelente calidad, pues el arte no debe ser "un lujo de unos cuantos privilegiados".
Corría el año 1944 y no había papel. Literalmente, la escasez de este insumo básico era tremenda, consecuencia, dice Pérez Escamilla, de la Segunda Guerra Mundial (especulamos que quienes antes producían papel en el momento prestaron la industria al mercado bélico). Para colmo, la SEP no tenía presupuesto y no querían financiar el proyecto propuesto por Fernández Ledesma. Así, el artista les propuso imprimir en papel de libros de texto en desuso, reciclarlo.
Los dibujos son extraordinarios, el trazo es tan preciso que parecen grabados. Además, como dice Ricardo Pérez Escamilla en la presentación: "con sensibilidad franciscana capta el alma de los animales representados". Es curioso, en las ilustraciones y en los textos, el libro supera lo científico y se dedica a lo narrativo, lo simbólico y las emociones. Las descripciones son literarias y describen la morfología desde los detalles ligados al carácter y "personalidad" de los animales. Es una auténtica belleza.