¿Cuáles son las fronteras entre el arte y la vida? Es difícil decirlo. Y, para un artista, buscar la diferencia podría probar ser un ejercicio absurdo.
Esta es una de las preguntas que evoca la impresionante casa-taller de los creadores Pedro Reyes y Carla Fernández. El exuberante espacio en Coyoacán (CDMX) es una antigua construcción de los años 80 que el escultor y diseñadora mantienen permanentemente en movimiento.
La han rediseñado e intervenido de muchas formas, aunque el sitio habitado mantiene en sus profundidades la influencia brutalista: un estilo arquitectónico inspirado en el mítico arquitecto Le Corbusier, que trata de exhibir sin tapujos el material que forma a sus edificios. Así, Reyes y Fernández se han dedicado a experimentar con y en la casa.
En ese sentido, no son los únicos en habitarla. Constantemente, artistas locales y extranjeros la usan como residencia para realizar colaboraciones con sus inquilinos formales. El espacio es siempre cambiante y, probablemente, un poco caótico.
Pero esto no es un accidente: la casa-taller como un manifiesto que borra las fronteras entre el arte y la vida; el taller-casa, como un experimento de comunidad; ambas ideas resuenan bien con las prácticas de Pedro Reyes y Carla Fernández.
Sobre Pedro Reyes y Carla Fernández
El escultor, arquitecto y artista multidisciplinario siempre le ha apostado a lo experimental y también tiene un interés especial en cuestionarse sobre la forma en que la sociedad se organiza y establece relaciones.
Dos de sus proyectos icónicos ("Palas por Pistolas" y "Desarme") se trataron de fomentar el desarme entre comunidades de México. Otro —"pUN: People’s United Nations"— era una reinterpretación de la ONU, pero desde la voz de la ciudadanía. Y la lista de interesantes propuestas sigue.
Por su parte, Carla Fernández se dedica al diseño de moda y su propuesta procura relacionarse con el trabajo de distintas comunidades indígenas. El trabajo artesanal es uno de los ejes centrales de su producción y a través de ese interés se dedica a generar comunidad, en un constante intercambio de saberes.
Sumérgete en su Casa-Taller
Toda esta energía emana intensamente del espacio que ambos habitan y gestionan. Es, sin duda, otra de sus propuestas icónicas. Y este fenómeno fue capturado con mucha delicadeza y detalle por el cineasta Justin Tyler Close, en una imperdible cápsula documental
Como lo explica Tyler: "Su casa es más que solo un espacio de vivienda; es un reflejo de su compromiso de trabajar con la comunidad." Por otro lado, los contrastes son, tal vez, lo más llamativo del espacio: muros industriales en crudo, atravesados por las complejas piezas de los artistas que los hicieron suyos.
Al final, su propuesta parece decirnos: no dejes de adentrarte en este territorio de experimentación y auténticas formas de vida alternativas. Sin duda tiene sus ventajas sumergirse plenamente en el ejercicio creativo. La existencia podría pasar de ser un fluido caótico y sin sentido a ser una vivencia consciente donde tomamos activamente el control de los significados.
¿Será que todos deberíamos ser, a nuestra manera, artistas?