La historia de México es tan rica que por más investigaciones y excavaciones que se hagan, las sorpresas siempre continuarán apareciendo. Por ejemplo, recién se descubrió un entierro múltiple con osamentas acomodadas en forma espiral –algo hasta ahora inédito–. El hallazgo se registró en la llamada "Aldea Preclásica de Tlalpan”, un sitio ocupado por los primeros habitantes de la Cuenca de México, y hasta ahora tiene bastante intrigados a los arqueólogos.
El entierro podría haberse originado en una especie de ritual para evocar el ciclo de la vida: los esqueletos, entrelazados de manera concéntrica, corresponden a personas de distintas edades, y formando una figura geométrica, el espiral, que probablemente evoca nuestro transitar cíclico por la existencia.
Jimena Rivera, especialista de la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), detalló en entrevista para una cadena televisiva:
Hay un bebé, un niño, un infante, unos adultos jóvenes, adultos y un adulto mayor. […] Estaba un individuo sobre el otro, por ejemplo: La cabeza del individuo sobre el pecho del otro, las manos de un individuo bajo la espalda del otro, el bebé sobre el cuerpo de otro. De manera que estaban relacionados", detalló la arqueóloga.
De acuerdo con el INAH, el descubrimiento ocurrió al interior de la Universidad Pontificia de México, cerca del centro de Tlalpan. Y mientras los especialistas se disponen a tratar de explicar esta peculiar configuración de un entierro, nosotros nos deleitamos con los misterios estéticos que nuestros antepasados dejaron para el resto de los mexicanos –incluida la belleza ritual de la muerte–.