Sé que sonaré como un auténtico lunático, pero juro que vi un OVNI. Sé que esto es horrible. Yo no quería ver un OVNI que además estaba horriblemente diseñado.
No sorprende escuchar esto desde Guillermo del Toro. El cineasta mexicano y defensor de monstruos destaca por su genialidad y una creatividad inspiradora que, según ha declarado, encontró en su código genético:
Pero del Toro no ve en los monstruos solo oscuridad. Su apuesta es siempre encontrar la belleza de las imperfecciones de estos personajes, desde una óptica muy conmovedora.
Ahora, un hombre que desborda autenticidad como el señor del Toro también presume un vasto catálogo de experiencias sensoriales en su vida: contacto con ovnis y fantasmas. En una entrevista realizada por su colega cineasta, James Cameron, del Toro cuenta cómo en su adolescencia fue espectador de estos fenómenos paranormales, y relata uno de sus encuentros –un fenómeno escandaloso para la época–, un platillo volador:
Yo estaba con un amigo. Habíamos comprado un pack de seis cervezas y estábamos en un lugar llamado Cerro del Cuatro, la Montaña de los Cuatro, en la periferia de Guadalajara. Nos sentamos a tomar una cerveza, mirar las estrellas y hablar. Éramos los únicos en la autopista. Y entonces la vimos, una luz en el horizonte yendo muy rápido, de manera no lineal. Y le dije a mi amigo: ‘toca la bocina y enciende las luces’. Y empezamos a darle al claxon.
Una experiencia como esta podría asombrar a cualquiera, pero del Toro, con un humor muy fino, no pudo evitar sentirse decepcionado por el diseño del ovni:
Pasó como a unos 1000 metros, o quizás algo más cerca, en menos de un segundo. Y era horrible. Era un platillo volador, tan cliché que tenía luces parpadeando. Es muy triste, me gustaría poder revelar que no son lo que crees que son, pero realmente son tal y como pensamos.
Pese a que el cineasta ha convivido, literalmente, con sus monstruos (seres fantásticos, aterradores y desconocidos para la mente humana), no negó un hecho primordial que cualquiera podría experimentar al ser espectador de un fenómeno paranormal:
Y el miedo que sentimos es tan primario… Nunca he estado tan asustado en mi vida. Nos montamos en el coche y nos fuimos de allí a toda velocidad. Nos persiguió un rato, pero cuando volví a mirar ya había desaparecido.
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