Cuando estaba realizando mis planes para visitar la ciudad de San Francisco de Campeche, en realidad no tenia muy claras las expectativas sobre lo que podría encontrar en mi viaje.
Investigué sobre su pasado colonial y descubrí que en múltiples ocasiones fue acechada por incursiones de piratas, razón por la cual se fortificó tras gruesos muros, mismos que la distinguen hoy en día como una de las pocas ciudades amuralladas que se pueden encontrar en el continente americano y que éste hecho, junto con otros factores, fue razón suficiente para que en el año de 1999 fuera distinga por la UNESCO con el título de "Patrimonio Cultural de la Humanidad".
También me encontré con que el nombre de "Campeche" pudiera tener sus raíces en la castellanización del vocablo maya "Kaan-Peech" cuya traducción mas aproximada sería la de "lugar de serpientes y garrapatas", ¡un término que resulta muy poco atractivo pensando en términos de turismo!
Por ultimo, debo confesar que tampoco me entusiasmaba mucho el saber que la política económica de esa región se encuentra actualmente dando un brusco giro de timón para enfocar la riqueza de la zona, que otrora era preponderantemente petrolera, hacia una promoción intensa de la industria turística. ¡Si, de nuevo el turismo acapara los reflectores convirtiéndose en la flamante "gallina de los huevos de oro" que promete convertirse en uno de los más potentes motores para el crecimiento de nuestro país!.
Menciono lo anterior con cierto recelo porque en otros lugares que he visitado y en donde los gobiernos están implantando políticas semejantes en una búsqueda (a veces precipitada y otras desesperada) por "detonar atractivos turísticos", dichas estrategias acaban muchas veces en burdos "maquillajes" a pueblos y lugares que carecen de un verdadero atractivo para los "visitantes y viajeros tradicionales" y que, una vez pasada la euforia de las remodelaciones e inauguraciones, y cuando los viajeros descubren que "no todo lo que brilla es oro" y como consecuencia las visitas disminuyen o ¡peor aun!, se acaban; los pobladores se hunden en un desencanto crónico ante las grandes expectativas generadas.…
Sin embargo, la ciudad amurallada de Campeche no es otro más de estos desalentadores casos. ¡Todo lo contrario!. Desde el momento que traspasé la regia entrada de la llamada Puerta del Mar flanqueada por los robustos baluartes, ésta ciudad me sorprendió totalmente en un modo positivo… ¡Y fue a un grado tal que, al comenzar los primeros manuscritos de la presente reseña, no sabia exactamente que adjetivo utilizar para describir a tan sin igual metrópoli!: ¿"ciudad mágica"?, ¿"ciudad de ensueño"?, ¿"ciudad de película"?… Sí; se que todos se escuchan trillados pero la verdad es que no encuentro las palabras adecuadas para describir en su totalidad la belleza de estos muros, fachadas, edificios, casas e iglesias.
Entonces… ¿Porque razón me deslumbró esta ciudad de modo semejante?. Los atractivos que tiene son muchos… Sin embargo el describirlos no es el objetivo de este texto… ¡para eso está el video que lo acompaña!.
Dicho lo anterior, y de igual manera que en mi pasada colaboración en este medio, relataré algunos aspectos que no se muestran en el video pero que complementan la reseña de esta deslumbrante ciudad de luz y color!
Primeramente debo mencionar que es una ciudad alegre, pero no bulliciosa. Las calles destinadas exclusivamente al paso peatonal se visten de los manteles coloridos de bares y cafés… pero si bien el ambiente es festivo, éste no llega a equiparase con algunas "ciudades cantina" que he visitado. Es más: unas cuantas calles lejos de ésta zona, la ciudad se ve inmersa en una colorida paz que permite deambular tranquilamente por sus frescos andadores bajo las luz de las farolas nocturnas. ¡Calles ideales para perderse entre ellas y en los pensamientos propios!
En cuestión de hospedaje se encuentran una gran variedad de opciones para los viajeros: hoteles, hoteles boutique, hostales, casas de huéspedes e incluso algunos "centros culturales" con los que se puede negociar modestas habitaciones (o rincones de la casa), para dormir en las noches y ahorrar durante las laaargas estancias. ¡Total!; la idea de viajar es estar afuera, ¿no?.
Solo una advertencia: No pierdan su tiempo (¡y dinero!) con el decepcionante espectáculo de "Luz y Sonido" que se presenta en las murallas que flanquean la llamada "Puerta de Tierra"; ¡Magnífica escenografía histórica!, desperdiciada en una pésima planeación y en una aún más deprimente implementación de los recursos técnicos (el "sonido" del espectáculo se ahoga con las bocinas de los autos y de los altoparlantes de los comercios que se encuentran justo a espaldas de los espectadores pues el "escenario" se encuentra prácticamente a unos metros de las concurridas calles de la ciudad moderna). ¡Ni qué decir de los ejecutantes, que transmiten el mismo entusiasmo que provoca un dolor de muelas!. La moraleja es: No se internen en la ciudad moderna (a menos que sean viajeros como yo, que gustan de conocer también el México "vivo", el México "real"), pues mas allá de las vetustas pero bellas murallas y de los centros turísticos cercanos, la metrópoli moderna luce algo caótica, sucia y descuidada…
Pero regresando a la idílica ciudad amurallada, les puedo decir que en general es un lugar hermoso, y fascinante que ofrece una variado abanico de posibilidades para toda clase de viajeros y que es un lugar altamente recomendable y que bien vale la pena conocer.
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