Una de las maravillas traídas por la tecnología es que nos da la posibilidad de monitorear las 24 horas espacios en tiempo real. Ello trae consigo, entre otras ventajas, una promesa estética: el acceso a millones de fotografías y videos sobre fenómenos naturales o sociales.
Lo anterior lleva un valor científico y de documentación importantísimo y ciertamente nunca está de lado la experiencia estética que de ello resulta. En México su precioso volcán Popócatepetl (fundamental además en su mitología) lleva más de 18 erupciones importantes desde 1354. Podría decirse que cada semana ocurren mini erupciones que son parte de la actividad normalizada del volcán, y que sin embargo suceden solo por unos segundos.
Ahora, gracias a los drones, a las web cam y al monitoreo continuo, las explosiones del Popo son grabadas con la misma frecuencia como sus acontecimientos de erupción y ello nos regalan un espectáculo al que ninguna sociedad anterior había accedido.
El video de arriba muestra la vista nocturna de la erupción registrada el 30 de marzo de 2016.