La media luna que es Punta Cometa –el “cerro sagrado” de la región de Mazunte, en Oaxaca–, posee una embelesa vista panorámica de todo el mar.
Ese lugar donde el cielo y el océano se unen, es el punto más saliente del Pacífico. Un territorio de interminables historias que datan de épocas prehispánicas, cuando los aztecas le utilizaron como un fuerte militar. Fue un bastión de piratas también, donde era posible estudiar el mar, y donde se cree que fueron enterrados muchos tesoros. El sol naciente y sus puestas se avistan con gran maravilla desde éste, un acantilado al borde del abismo.
Para llegar a Punta Cometa es necesario cruzar un laberinto boscoso, cuyo fresco parece olvidar que se encuentra en una costa. El reto al enclavarse en este risco es sin duda la magnitud de bellas metáforas que corren cuando uno se posiciona en su más alto punto y se atreve a mirar el mar. Muchos oriundos le han atribuido un carácter sagrado y en ocasiones se realizan ofrendas para la abundancia.
Entre diciembre y marzo se puede ver perfectamente la llegada de las ballenas muy cerca de la costa, sin mencionar el espectáculo que orquestan las aves migratorias.
Las sorpresas que aguarda Punta Cometa son incalculables, una de ellas es Playa Mermejita. Se trata de un territorio virgen que espera bajando el declive. En Mermejita encuentras una asombrosa aleación de diferentes tipos de arena, que revelan en sus tonalidades los bellos minerales que le componen.
La que más impresiona es la arena oscura, casi negra, que se concentra en lo más alto de la costa. Su color se le atribuye a minerales como la magnetita y la obsidiana volcánica, permitiéndonos imaginar que en este lugar habría llegado en algún momento lava de un volcán cercano, pero también que estamos ante un lugar con la presencia de magnetismo.
Saciados de severa poesía, Punta Cometa y Playa Mermejita son, por mucho, un territorio fantástico que revela su sacralidad solo a quien se atreve a pisarlos.
*Imágenes: Jaen Madrid para Más de MX