La palabra quincunce es de origen latino, y se usa para nombrar a la geometría formada por 4 puntos que dibujan un cuadrado, y al centro del mismo un elemento más. Ha sido un símbolo recurrente en numerosas culturas del mundo, y en las mesoamericanas una constante en diversas civilizaciones.
Su manifestación más conocida está en la cultura mexica, conocido como nahui ollin, este signo engloba la concepción del universo, del tiempo y del espacio. Es el eje del cual parten los 4 rumbos del universo y su centro representa el punto justo de encuentro entre el cielo y la Tierra. En su manifestación artística más conocida aparece en la Piedra del Sol, y su uso prevalece hasta nuestros días.
Su presencia está en prácticamente todas las grandes civilizaciones mesoamericanas, desde los olmecas hasta los mexicas. Se cree que en la mayoría de ellas su significado es una representación del espacio- tiempo.
La prestigiada investigadora de las culturas prehispánicas Doris Heyden advirtió que el quincunce era resultado de la investigación del movimiento del sol a través de la elíptica terrestre. Por su parte, otros estudiosos lo vinculan, sobre todo en su en su variante de cruz, como el signo de Quetzalcóatl y su posterior transfiguración de planeta Venus (Sejourné, 1957: 103).
Primeras apariciones
Según el investigador [Morante (2000: 35), su uso aparece desde el desde el preclásico inferior (900-1200 AC)], en el mosaico de la serpentina de La Venta, Veracruz.
También se le vincula al milenario juego de pelota, en el del Patio Hundido de Teopantecuanitlan, se encuentra una de las primeras representaciones a gran escala de este símbolo. El mismo campo de juego era la representación del universo
En el maya del periodo Clásico se manifiesta en el glifo que simboliza al sol y la latitud de donde surge. También en la Cruz Foliada de Palenque, este símbolo aparece como el origen del árbol sagrado, como tributo al dios creador Itzam Na.
También hallamos el quinqunce en el kin, el glifo del símbolo maya del día.
Por su parte, en Teotihuacán, en el Templo de Quetzalcóatl, aparecen signos del quinqunce.
Para los mexicas este símbolo, conocido en su cultura como nahui ollin, fue elemental en su calendario sagrado de los 260 días, el tonalpohualli. Asociado al mito de la leyenda de los Soles, este representa nuestra era, el Quinto Sol, cuyo equilibrio permite la vida actual e ilumina nuestro mundo.
Conclusiones
En una tierra como la mesomericana, donde emergieron grandes civilizaciones que luego dieron paso a otras, no es de sorprender el intercambio orgánico de información, mitologías. Y así como Quetzalcóatl aparece como la serpiente emplumada en numerosas sociedades prehispánicas de distintas épocas, el quincunce también. El símbolo mismo es una invitación a su misterio y poderosa presencia, que hallamos hasta ahora en simbolismos católicos intervenidos por una memoria tan arraigada que no murió (como en el manto de la Virgen de Guadalupe), e incluso en algunos sellos institucionales, como en el caso del INAH.
*Fuente:
Panico, Francesco. Universidad Veracruzana,El quincunce en Mesoamérica