Bajo el suelo del centro histórico de la Ciudad de México yace una parte importantísima de la historia del país. En sus capas subterráneas existen vestigios de chinampas (como recientemente fue descubierto en la colonia Tránsito), también ruinas arqueológicas de la gran México-Tenochtitlán, y retazos de la ciudad prístina española construida sobre la gran Tenochtitlán.
El antiguo barrio de Moyotlán "lugar de mosquitos" era uno de los campan que desde México- Tenochtitlán formaba parte de la ciudad y era llamado así pues su terreno, en algunas zonas, era cenagoso. Cuando los españoles tomaron la ciudad y comenzaron a edificar los cimientos de la nueva Ciudad de México, Moyotlán fue uno de los barrios cuya vocación fue albergar a los antiguos pobladores.
En este lugar se construyeron, por ejemplo, el Convento de San Juan de la Penitencia y el Hospital Real de San José de los Naturales (conocido como el hospital de indios). Este ultimo llegó a ser el más importante hospital de nativos de toda Latinoamérica. Fue construido en 1553 y atendió a los indígenas de la ciudad y a los del Altiplano Central hasta 1822.
En 1935 el hospital y su iglesia barroca anexa fueron demolidos para ampliar la avenida San Juan de Letrán, hoy Eje Central Lázaro Cárdenas. En el centro de la Ciudad de México los arqueólogos están aprovechando los pozos y zanjas para la sustitución de la red de cableado eléctrico por parte de la CFE. No nos sorprendamos si en los próximos años continúan los hallazgos arqueológicos que vuelven aún más enigmático este centro histórico donde sucedió la ruptura de una cultura y el nacimiento de otra.
Entre los vestigios encontrados están las osamentas y decenas de huesos humanos que formaron parte de un par de osarios del Hospital de Indios. Por su parte también uno de los muros de uno de los cuartos del antiguo Convento de San Juan de la Penitencia.
*Imagen: Muro oeste con restos de pintura mural. Foto Dirección de Salvamento Arqueológico INAH