En la educación no hay sistema perfecto. Sin duda hay referencias al rededor del mundo de modelos educativos que buscan ser una alternativa a los tradicionales; pensemos, por ejemplo, en el Montessori o el Waldorf. Pero, quizá, el mejor de todos sea ese que se enfoca en atender las necesidades de cada localidad de forma integral. Y la escuela de la cooperativa Tosepan, en Cuetzalan, Puebla, es uno de los casos más bellos que hay en el país.
Esta escuela nos da una probada de la educación que probablemente todos necesitamos, pues procura al medioambiente y cultiva la colectividad. Tosepan Kalnemachitiloyan (la escuela de todos) nace con la intención de ofrecer a los padres y madres, miembros de la cooperativa de Tosepan Titataniske, un espacio de estudio para sus hijas e hijos donde puedan sentir orgullo por su cultura y su lengua, el náhuatl. Además de los conocimientos “básicos”, los jóvenes aprenden a trabajar la tierra, con cuidado y respeto, como lo hacen sus padres en la cooperativa. Ya sea la siembra o la apicultura, por ejemplo.
Educación para todos
Este modelo es una apuesta por lo colectivo y lo comunitario, porque la idea es que, terminando la escuela, los niños y niñas puedan integrarse a trabajar en la cooperativa y no tengan que dejar sus hogares para ejercer un oficio digno.
Las madres y padres también participan en los procesos educativos de la escuela y enseñan a los jóvenes sobre sus diferentes oficios, ya sea una artesanía en particular, el cultivo de café o pimienta orgánica, entre otras cosas.
Sobre la Cooperativa Tosepan Titataniske
En los años 80, la cooperativa Tosepan Titataniske nació con la idea de “mejorar la calidad de vida de sus socios, manteniendo su identidad cultural y preservando sus recursos”. Por eso, a lo largo de los años han desarrollado diferentes programas para atender las necesidades puntuales de cada comunidad. A la fecha, Tosepan “incorpora a 8 cooperativas regionales y tres asociaciones civiles. La organización agrupa a 34,000 familias, la gran mayoría pertenecientes a los grupos originarios nahuas y tutunakus“.
De entre todas las actividades que realiza la cooperativa para activar la economía local –a través del comercio justo y la conservación de sus recursos naturales–, el café juega un papel central por la importancia que tiene este grano en la región. Si te interesa conocer más sobre su trabajo puedes hacerlo aquí.