En los últimos años, y en una sociedad globalizada, el uso de maquillaje por parte de los hombres ha sido poco frecuente. Pero no siempre fue así; recordemos a los hombres del Renacimiento que espolvoreaban sus rostros y dibujaban un lunar en su mejilla; a prácticamente todas las tribus y civilizaciones antiguas (cuyo maquillaje es una alusión mística y cultural), a los antiguos egipcios o los romanos (o a los muxes en Oaxaca).
El maquillaje es, simplemente, una manera de expresión que durante siglos fue parte del terreno de ambos género. Hoy, curiosamente, nos parece rarísimo que un hombre se maquille, así también con el uso de faldas. Pero ¿por qué un hombre no puede expresarse libremente con maquillaje si lo desea?
La historia de un chico mexico-estadounidense de solo 17 años retomada por Fusion parece estar cambiando este tipo de construcción cultural en torno al maquillaje. Y prueba de ello es que su cuenta de Instagram (@buec) ya tiene más de 14 mil seguidores, su nombre es Albert Bueno. En entrevista para Fusion en español Bueno habló de la historia que lo llevó al gusto por el automaquillaje.
Cuenta que cuando era niño, hijo de una madre soltera que se maquilla diariamente, quedaba encantado viendo la escena de cómo lo hacía, y en 2014 se decidió a maquillarse y compartirlo:
Al principio no le dije a nadie por temor a que no me aceptaran. Pero todos me han apoyado mucho.
Cuando comenzó a maquillarse, sus creaciones, que además hacen imposibles efectos visuales fascinó a muchos y hoy se han vuelto bastante populares. Entre futuristas, ochenteras, pero inspiradas en su cultura mexicana, Bueno hace pirámides que parecieran salir del rostro, o se inspira en definitivas divas como Dolores del Río.
¿Es relevante si el que se maquilla es hombre o mujer? Las imágenes hablan por sí mismas:
Conce más de su trabajo, en su cuenta de Instagram.