Una exploración simbiótica del proceso de origen de la vida en otros planetas, Codex Virtualis está apoyado por el Instituto SETI y el Ars Electronica Futurelab.
¿Qué ocurriría si pusieras a microorganismos a cooperar con algoritmos dentro de un escenario de inteligencia artificial? ¿Cómo se origina el pulso de vida en otros planetas? ¿Cuál es nuestro futuro como especie? Estas son algunas de las preguntas que el colectivo mexicano Interspecifics aborda con su proyecto Codex Virtualis.
Este códice virtual, que oscila en las fronteras del arte, la ciencia y la magia, consiste en crear un acervo de organismos híbridos, generados por inteligencia artificial a través de una hipotética simbiosis entre microorganismos y algoritmos. El proyecto se desarrollará gracias a una residencia auspiciada por el Instituto SETI y el Ars Electrónica Futurelab, dos organizaciones fundamentales en la astrobiología y el arte electrónico.
Entre la biofilia y la distopia
La meta del Codex Virtualis es “conceptualizar y simular la vida mediante organismos autónomos y auto-organizados, que provean pistas sobre como se origina la vida en hábitats extraterrestres”. En otras palabras, se trata de profundizar nuestra exploración de probables formas de vida en otros planetas. También, de familiarizarnos con la posibilidad de que esos entornos sean parte del destino de la especie humana.
Las reflexiones que detona este proyecto son numerosas. Por ejemplo, la posibilidad de que nuestra especie esté cercana a un punto en el que deberá, para sobrevivir, migrar a espacios y ecuaciones vitales apenas concebibles. Esto ocurriría una vez consumado el colapso de nuestro entorno.
Bettina Forget, Directora del programa SETI AIR (artistas en residencia) celebró la sintonía entre este proyecto con la misión del instituto: "El proyecto Codex Virtualis encaja perfectamente con las investigaciones del instituto sobre astrobiología, evolución de la vida, e inteligencia artificial.”
Exploración vanguardista de México para el cosmos
Interspecifics se define como “un colectivo nómada y multi especie, experimentando en la intersección entre el arte y la ciencia”. Su base es la Ciudad de México, y está integrado por Leslie García, Paloma López, Emmanuel Anguiano, Felipe Rebolledo, Carels Tardío Pi y Maro Pebo.
La residencia que recién ganaron es uno de los reconocimientos más prestigiados en los campos del tecnoarte y la ciencia interestelar. Este apoyo será un propulsor fundamental para materializar su proyecto Codex Virtualis, y así propiciar la danza de biología algorítmica que nos promete.
Enhorabuena.