Para los mayas, el hombre y la mujer fueron hechos a base de masa de maíz. El maíz, así, es una especie de padre-madre, pilar de la cultura, pues gracias a él nació una raza. Su dios del maíz, Yum Kaax, por ello era importantísimo en su panteón; asociado también a la abundancia, ya que con el maíz asegurado de algún mondo su cultura podía proseguir; considerado un dios benévolo, joven, delicado, de bellas facciones, agraciado.
Y su presencia en la zona maya, aún guarda secretos. El 18 de setiembre pasado, en un terreno perteneciente al grupo conocido como Yum Kaax, descendientes del maíz, se estaban recibiendo y revisando escombros, cuando un niño descubrió la parte superior de una estatua, precisamente, de Yum Kaax. Según Lauro Mundo Gutiérrez, representante del grupo:
Fue de manera circunstancial se dio en un terreno donde se estaba recibiendo escombros y en una de esas un niño lo encuentra. Se le busca hacer un nicho bastante grande y propio de su importancia para que se quede acá la pieza dentro del municipio de Suchiapa.
A grandes rasgos, nos dice Fanny López, directora del Museo Regional del INAH en Chiapas, es:
Una cabeza maya que pertenece al periodo del clásico tardío entre el 600 y 900 después de Cristo. Se hizo la autenticidad de la pieza que la realizó el arqueólogo Ricardo del Centro INAH Chiapas y posteriormente se hará un estudio iconográfico de la pieza.
La pieza está hecha con una mezcla de cal y arcilla, una pieza monolítica de 30 centímetros de ancho, 63 centímetros de largo y 25 centímetros de fondo en su parte más gruesa, su peso aproximado es de 14 kilos.
Aunque esta fue hallada en septiembre de 2016, y los pobladores de Suchiapa avisaron al INAH, esta institución comprobó hasta ahora su autenticidad. Quedará resguardada por el grupo Yum Kaax. El hallazgo muestra la prometedora tierra maya como inacabable en sus misterios arqueológicos, una tierra viva de historia.