Las piñatas fueron traídas a México por los religiosos españoles en el siglo XVI como una manera de incentivar la conversión de las festividades prehispánicas. Aunque, según una investigación de la escritora Wendy Devlin, probablemente México las adoptó, más que ningún otro país, precisamente por que los mexicas tuvieron una práctica similar en honor a Hutzilopochtli:
Para celebrar al dios de la guerra Hutzilopochtli, los sacerdotes colocaban una olla de barro en su templo al final del año. Coloridas plumas adornaban la olla finamente decorada, llena de pequeños tesoros… Cuando la rompían con un palo o garrote, los tesoros caían a los pies de la imagen del dio como una ofrenda.
La identificación de México con la piñata es inigualable. Y sus creadores la han adaptado tanto como una sátira política como una manera de hacer alusión a la mexicanidad o una manera de apropiarse de la globalización y sus imágenes difundidas por los medios.
El ingenio y la creatividad en el mundo piñatero es incomparable en México, y sus manifestaciones en ocasiones también pueden remitirnos al mundo más psicodélico, donde los colores nos llevan a la frontera con lo ilusorio.
Hoy te compartimos un top de piñatas psicodélicas (y lo mejor es que quizá ni siquiera estén inspiradas en estas sustancias), una muestra fehaciente más del surrealismo mexicano, que se desborda, desde su diversidad intrínseca.