La exploración de la identidad mexicana es un acto que no se agota. Prueba de ello son las múltiples muestras de arte de la contemporaneidad que indagan en las cualidades del tejido simbólico que nos conforma.
Sin duda tenemos una enorme necesidad de hacer preguntas sobre lo que somos; trazar esbozos de respuestas, y diseñar espacios donde todas las ideas que devienen de esos ejercicios adquieran una consistencia material.
Uno de esos espacios es la singular propuesta multimedia que el artista Pablo Vargas Lugo ha llevado a la Bienal de Venecia de 2019. En pocas palabras, lo que su proyecto invoca es una profunda reflexión sobre la génesis mítica de nuestra identidad.
México en la Bienal de Venecia
La Bienal de Venecia es una exposición internacional de arte, probablemente una de las más prestigiosas del mundo y se ha celebrado desde 1895. En ella se reúnen lo mejor del arte contemporáneo, la arquitectura, el cine, la danza, la música y el teatro de todo el planeta.
En el evento participan alrededor de 90 países, cada uno instala un pabellón nacional donde se destacan producciones que dan cuenta de lo que es importante para el arte y el discurso cultural de cada sitio. México ha participado desde 1950, cuando se exhibió la obra de David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Diego Rivera y Rufino Tamayo.
Otras participaciones destacadas son las de 2007, donde se exhibió a Rafael Lozano-Hemmer; 2009 con Teresa Margolles; 2013 con Ariel Guzik, y 2017 con Carlos Amorales. Por otro lado, grandes exponentes del arte contemporáneo en México han sido invitados de manera independiente. De hecho, fue en la Bienal de 1993 cuando Gabriel Orozco presentó su icónica "Caja de zapatos".
En 2019 el pabellón mexicano exhibe a Pablo Vargas Lugo, un artista que está acostumbrado a extrapolar elementos desde diversas disciplinas (como la astronomía, la arqueología y la cartografía) hacia el arte contemporáneo, para generar complejas piezas e instalaciones que cuestionan distintas convenciones sociales y tradiciones milenarias.
Actos de Dios de Pablo Vargas Lugo
"Actos de Dios" es el nombre de la compleja propuesta que representa a México en la Bienal de Venecia. El artista ha explicado que, una de la reflexiones de las que parte el proyecto es "La forma en la que las convicciones humanas se ven reflejadas –cuando no distorsionadas e instrumentalizadas– en el discurso político y el imaginario cultural" sugiriendo que siempre imprimimos nuestros anhelos más íntimos en los mitos que nos contamos para explicar por qué estamos "siendo humanos" de esta forma y no otra.
Esta idea, sin duda, imprime cierta fragilidad en absolutamente todas las teorías que tenemos sobre lo que somos (incluso las científicas); pues, por más "objetivas" que se presenten, siempre son narradas por un sujeto que —aunque él mismo no lo sospeche— está siguiendo una agenda secreta.
La pieza que puede ser catalogada de video-instalación, fue filmada en Cuatro Ciénegas, Coahuila y reúne distintos elementos conceptuales y materiales que remiten a la noción de "génesis".
Por un lado, habla directamente del Nuevo Testamento y de los personajes que lo protagonizan, como un guiño (nada sutil) sobre la prominencia de este mito religioso en la identidad mexicana y las consecuencias de este hecho. Este elemento se refleja en dos audiovisuales, dos esculturas y una pista de audio.
Los audiovisuales exploran inconsistencias que existen entre los evangelios y las explota para preguntarse qué otros saberes o enseñanzas podrían surgir si nos concentramos en los huecos narrativos de los mitos que enmarcan estos textos. ¿Sería distinta la forma en la que nos dibujamos el mundo? ¿Serían otros nuestros problemas sociales? ¿Cuáles serían nuestros valores fundamentales? Y, en relación a ellos ¿cómo nos trataríamos los unos a los otros?
Por otro lado, la elección de trabajar en Cuatro Ciénagas no es arbitraria. Como declaró Vargas Lugo: "Cuatro Ciénagas nos parecía importante porque contiene formas de vida que anteceden a cualquier mitología imaginable, y porque ahí está el germen de la vida en la Tierra."
Él se refiere a las concentraciones de estromatolitos que hay en la zona natural. Los estromatolitos son estructuras biológicas formadas por minerales y cianobacterias (bacterias tóxicas y muy resistentes a condiciones extremas). Se considera que estas formas de vida son las más antiguas de la Tierra y han existido desde hace más de 3,000 millones de años. "Es una especie de sopa de la creación la que está ahí en Cuatro Ciénegas," dice el artista.
Esta "sopa de la creación" es retratada cuidadosamente en los audiovisuales y también toma la forma de una pieza, pues Vargas Lugo también incluyó en su instalación un tapete microbiano que se integra al pabellón.
Poniendo a la naturaleza como protagonista de esta exploración, Vargas Lugo también podría estar sugiriendo que hay, detrás de todos los mitos culturales, un elemento germinal al que siempre podemos recurrir para "volver a empezar" y, tal vez, plantear nuestras relaciones humanas bajo otros paradigmas.
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