El inmenso repertorio de artesanías que se guarda México, se lo debemos a la riquísima gama de materias primas que podemos extraer de la naturaleza. Cada pieza artesanal resuena con la tierra en donde fue producida, con sus colores, olores y texturas.
Morelia, una de las ciudades más hermosas de nuestro país, puede presumir haber sido construida con cientos de artesanías, pues los antiguos edificios de cantera de este lugar están compuestos por piezas individuales finamente talladas por los artesanos de hace 500 años.
Sí: cada sección de las iglesias, plazas, fuentes y casas tiene una historia propia; desde el momento en que la piedra fue extraída, hasta que llegó en la forma precisa para componer, junto a otras tantas, las hipnóticas edificaciones y calles de la capital michoacana.
Sin duda, por esta magnificencia la ciudad es un destino querido en todo el mundo: su perfectamente preservada arquitectura invita a recorrerse y explorase despacio, justo como si lo que uno estuviera visitando fuera una galería exponiendo la riqueza artesanal y no solo el resultado de un trazado urbano.
Es por esto que en 1991, la UNESCO declaró a la ciudad de Morelia "Patrimonio de la Humanidad", reconociendo que es un “ejemplo sobresaliente de planificación urbana, que combina las ideas del Renacimiento español con la experiencia mesoamericana”.
Sin embargo y a pesar de todo lo que representa, la tradición de los canteros (sujetos que se dedican a explotar y tallar la cantera) está desapareciendo. Apenas reconocemos a estas piezas como objetos decorativos que aparecen de vez en cuando con su aire serio y antiguo.
Buscando celebrar la existencia y el enorme significado de la cantera en Michoacán, el joven cineasta Mariano Rentería Garnica creó una hermosa pieza documental que, por cierto, es parte de una serie de audiovisuales dedicados a celebrar la tradición artesanal michoacana.
A los canteros les debemos la enorme belleza de Morelia que tiene más de 500 años y les podemos aprender suficientes lecciones como para alimentar de belleza nuestra tierra por otros 500. El corto documental es protagonizado por Antonio León, quien, en sus palabras "heredó el oficio" de su padre y sus abuelos.
Y, a pesar de haber pasado 48 años en el oficio, el cariño que le tiene es palpable. Antonio explica que Morelia fue edificada completamente a mano, con una precisión extraordinaria que se deja ver en cada rincón. En ese sentido, cualquier infraestructura nueva de la zona, debería honrar este linaje.
Incidentalmente, lo que propone Antonio es que se mantenga la fina cualidad orgánica de la arquitectura de su ciudad. La cantera es un material de la zona y el hecho de que Morelia haya sido construida con eso, perdure a través del tiempo y sea aún tan hipnótica para la mirada, nos recuerda la importancia de construir con los materiales regionales. Solo así, la intervención humana del paisaje comulga verdaderamente con el espacio natural.
Antonio cuenta que, a pesar del trabajo que implica, no podría decir cuántas piezas de cantera ha fabricado y diseñado. En realidad no importa: todas son excepcionales, precisas y tienen impreso el cariño del artesano. ¿Es posible que Morelia encante porque brotan de sus piedras todas estas intensidades?
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*Imagen destacada: Suil Torres.