El nombre de tilcuate (Drymarchon corais) proviene del náhuatl: Tilli- negro + coa- serpiente + ti- animal.
Los tilcuates son serpientes de colores oscuros que viven en las barrancas, se alimentan de peces y comúnmente se les puede ver durante las mañanas. Son de complexión robusta, cuando alcanza la edad adulta puede llegar a medir entre 95-280 cm. La cabeza se distingue del cuello, con ojos grandes y pupilas redondas.
Cuentan las leyendas que los tilcuates son serpientes que se pelean con los hombres y duermen a las mujeres con su aliento; y cuando te encuentras cerca de ellas en el campo o en litorales, puedes escuchar un silbido de ellos parecido al de los seres humanos.
A pesar de no ser venenosa, representa un peligro ya que es un animal que no le teme al ser humano y al sentirse amenazado con su cola suelta latigazos que según las leyendas son muy dolorosos.
A lo largo de los años se han creado ciertos mitos alrededor de los tilcuates como:
Matarlos con una vara verde
Mucha gente dice que cuando te encuentres un tilcuate, tomes una vara verde y le pegues, porque según cuentan los abuelos que los tilcuates provienen de las varas y estas pueden romperles las vértebras fácilmente.
Les quitan el alimento a los bebés
En Morelos es famosa la historia de la serpiente que "roba" la leche de las mujeres lactantes, usando el vaho para adormecer a la madre y al bebé, dando la cola a este último, manteniéndolo en silencio, quizá la historia se remonte a tiempos prehispánicos donde las serpientes eran consideradas deidades asociadas con la fertilidad, pues surgían de las entrañas de la tierra.
Con la conquista y la introducción del cristianismo, la veneración se cambió por repulsión, ya que para la iglesia la figura de la serpiente se asocia con los demonios.
Sin embargo la importancia del tilcuate en los ecosistemas hoy en día es incierta, los campesinos aseguran que es benéfica ya que en algunas ocasiones se le ha visto consumir a otras serpientes tóxicas, como las cascabel, ya que son inmunes a su veneno. También dicen los pobladores que hay un mejor control es sus tierras y son libres de plaga de roedores.
En tiempos recientes la destrucción de su hábitat ha desplazado al tilcuate a zonas urbanas donde sus hábitos alimenticios y voracidad cambiaron, algunos ejemplares de tilcuates se han podido convertir en omnívoros.
*Imagen: Mario Santoscoy