Como sabemos, la imaginación ha sido uno de los grandes propulsores tanto de la ciencia como de las artes. La curiosidad como la visualización de posibles realidades siempre se han conjuntado en el desarrollo del conocimiento y la creatividad.
En la ciencia del espacio, y aunque muchos lo ignoren, México tiene una carrera memorable en su haber. De hecho, esta comenzó muy a la par del primer lanzamiento de un cohete por parte de Rusia. Solo dos meses después, en el año de 1957, México ya había entrado a la carrera espacial cuando investigadores de la Escuela Física de la Universidad de San Luis Potosí lanzaron el primer cohete sonda mexicano para conocer las propiedades de la atmósfera.
Sin embargo, apenas en el 2010 se inauguró la Agencia Espacial Mexicana. Ese mismo año nació el Colectivo Espacial Mexicano. Este último se trata de un proyecto conformado por artistas que quieren llevar trabajos estéticos y creativos mexicanos al espacio.
Su primer experimento fue el Ulises I, un nanosatélite que llamó la atención del mundo y que, por su singularidad, fue retomado por medios internacionales. Ulises I se trata de una misión espacial, aunque una musical.
Once compositores mexicanos crearon las canciones específicamente para el Ulises I, que gracias a un enlace de radiofrecuencia emite simultáneamente las canciones en México y el espacio. Entre los músicos que participaron están: Fernando Castro, Teresa Bordona, J.J Díaz Infante, Hugo Solís, Omar Gasca, Ramsés Luna, Arturo Márquez y Miguel Maldonado.
El 4 de diciembre de 2015, en la celebración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, se lanzó este primer nanosatélite musical, como parte también de la celebración de los 150 años de la publicación de la novela de Julio Verne De la Tierra a la Luna.
En su lanzamiento en la FIl
Ese día, según declaraciones del propio colectivo:
La misión llegó a la estratósfera 30 minutos después de su lanzamiento y a partir de ese punto se desplazó durante una hora de manera suborbital. Los equipos de las bases terrestres de la UNAM y del INAOE recibieron señales de radio que permitieron monitorear el vuelo, recibir información y validar el funcionamiento del ATON y de ULISES en condiciones similares a las orbitales. 90 minutos después Ulises y Atón bajaron en paracaídas al Este de Guadalajara.
Ahora el Ulises 2.0 está en desarrollo y puedes conocer más sobre ambos proyectos acá.
*Imágenes: ulises1.mx