Según la mitología mexica, este pueblo migró desde Aztlán en busca de su "tierra perdida" donde una señal de los dioses sería manifiesta. Fue cuando en un islote cercano a la ribera occidental del Lago de Texcoco econtraron un águila sobre un nopal devorando una serpiente: la señal que aguardaban –y que hoy protagoniza el escudo nacional de México–.
La Crónica Mexicana de Hernando de Alvarado Tezozómoc nos narra:
… llegaron a la bella ciudad, que es ahora Mexico Tenochtitlán, porque el día que llegaron en esta laguna mexicana en medio de ella estaba y tenía un sitio de tierra y en él una peña y encima de ella un gran tunal; y en la hora que llegaron con sus balsas de caño y carrizo hallaron en el sitio la bella piedra y tunal y al pie de él un hormiguero, y hasta encima del tunal una águila comiendo y despedazando una culebra; … [sic]
Recientemente ha circulado en internet una fotografía capturada por personal de la construcción del polémico Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y enviada a la redacción del diario 24 horas. Según el testimonio que recogió este diario, el águila se posó en estos terrenos con una serpiente en el pico, luego se la puso en las patas y finalmente la devoró. Por cierto, llama la atención que el ave haya permitido que una persona se acercara tanto a ella, como se muestra en la fotografía.
Curiosamente esta misma escena se registró otra vez en las inmediaciones del lago de Texcoco –que de acuerdo a grupos ambientalistas se encuentra hoy amenazado por la magna obra que se ha destinado a esta zona–. ¿Cuál será el mensaje de esto que replica lo que se describe en el mito fundacional de nuestro país? Y mientras cada quien cultiva su propia hipótesis, lo que por ahora queda claro es que, además de ser una preciosa coincidencia, se trata también de un recordatorio de ese instante crucial en nuestra historia como mexicanos.