Entre los wixarikas (como los “huicholes” se refieren a sí mismos y por eso debiéramos nombrarlos así los demás) el venado es una de las figuras más sagradas. Este animal, habitante del territorio que ocupa este grupo –la Sierra Madre Occidental de México –, presume un complejo y rico papel en la mitología wixárika. Llamado Kauyumari, el venado a veces aparece como creador del maíz, otras es una elusiva presencia, siempre divina, y está también relacionado a la prosperidad y el sustento; es presa y cazador al mismo tiempo, es guía, y es sobretodo quien introdujo a este pueblo al hikuri o peyote (Lophophora williamsii).
Precisamente es el venado el protagonista de una leyenda que narra cómo, ante una hambruna y malestar generalizados en entre los wixárikas, el pueblo se reúne y envía a un grupo de cuatro cazadores (uno por cada elemento) en busca de alimento. El grupo se topa con un rebosante venado que se hace perseguir hasta guiarlos a Wirikuta, la tierra sagrada, y donde los cazadores se encuentran por primera vez con el peyote.
La leyenda del “Venado azul” (que puedes leer en este enlace), inspiró esta hermosa animación que nos sumerge en uno de los mitos clave de las cosmovisión wixárika. Con una duración de 2:30, esta pieza creada por Arnold Abadie y Ana Lopez ” narra como el venado azul Kauyumari, guía a los peregrinos wixaritari hasta Wirikuta, en donde se sacrifica transformándose en peyote, cacto con el que estos indígenas mexicanos se vinculan con sus ancestros, cumpliendo su merced y asumiéndose como guardianes del planeta”.
Más tarde, el venado azul se encaminó hacia el mar
y se quedó en este sitio para siempre.
Decíase que él era el venado azul, que él era la vida misma,
que él era la propia lluvia.