En México el 70% de los bosques está en manos de indígenas y campesinos, son generalmente, espacios de tierra comunal. Aunque milenariamente el indígena es quizá el sector que más ha cuidado la naturaleza por el valor que le otorga, en los últimos años muchos factores han propiciado la polarización de las comunidades y megaproyectos (entre otros motivos) han amenazado estos recursos, marginando a poblaciones enteras y dividiéndolas.
Por las anteriores cifras, el cuidado de los bosques en México está altamente vinculado con los habitantes de estos espacios. Los mejores guardianes de la naturaleza, así, son sus dueños comunales.
El ejido es un modelo que otorga derechos agrarios a las comunidades con respecto a una parcela; de este modo no hay un dueño específico, sino que un grupo de personas puede explotar estas tierras. Es precisamente esta organización la que puede generar cohesión para el cuidado forestal.
Lo anterior ha sido comprobado por una comunidad en particular que se ha convertido en un ejemplo de manejo sustentable de sus recursos forestales. Se trata de los habitantes del municipio oaxaqueño de San Juan Evangelista Analco, quienes acaban de ganar El Premio Nacional al Mérito Forestal 2016, este reconocimiento del gobierno federal los ubica como los más eficientes promotores y ejecutores de la Silvicultura Comunitaria de México.
Esta comunidad ha tradicionalmente cuidado sus bosques, ello es parte de sus cultura, sin embargo hasta 2005 inició la silvicultura de manera formal concentrándose sobre todo en la correcta distribución del uso de la tierra: áreas urbanas, de conservación, turismo, para la producción forestal, áreas agrícolas y de trabajo de restauración.
En San Juan Evangelista Analco nadie puede hacer un proyecto ni realizar un tipo de trabajo en el bosque sin que el asunto sea aprobado previamente por la asamblea del pueblo.
“Lo que estamos haciendo va más allá de 10 años. Es difícil entender el correcto cuidado del bosque, pero es una tarea que cada uno en Analco ya aprendió y sabe que tiene que cuidar los árboles, los mantos acuíferos y a los animales” enfatizó Rogelio Manzano Sosa, especialista en temas forestales para nvinoticias.
Como casos afortunados y similares, en Chiapas, en el municipio de Pijijiapan, un grupo de habitantes ha conseguido que animales como el Tucán haya vuelto con la reforestación de hasta 40 hectáreas, convirtieron un desierto en un oasis. También, al mixteco Jesús León Santos le ha sido otorgado el premio conocido como”el nobel de ecología”, el Premio Ambiental Goldman, por su labor de reforestación de la Sierra Mixteca.
*Imágenes: nvinoticias.com