Autores serios hablan de que el chamanismo, como se le dice popularmente a la tradición mágica en general en México, viene del chamanismo prehistórico euroasiático. Ello no es disparatado cuando encontramos que existen estudios genéticos que vinculan a los mexicas con antiguos habitantes de Atálai, en Siberia, Rusia.
El férreo catolicismo, a más de 500 años de su llegada, no pudo extirpar la tradición mágica de un México que la exuda, aún hoy. Como sabemos, el chamanismo en México estuvo siempre ligado a la divinidad, en invocaciones a dioses de distintas índoles; los chamanes son una especie de intermediario entre los planos divinos o metafísicos y el nuestro, y en la mayoría de los casos su trabajo hoy día, y luego de la conquista, estuvo vinculado a la sanación tanto espiritual como física de una persona.
Hoy quizá la forma de chamanismo mexicano más conocida en el mundo es la de los marakames huicholes, el intermediario que dirige los rituales de esta cultura. También se hizo famosa en los 70´s la tradición mágica enteógena de Oaxaca con María Sabina.
Otro de los sitios donde hoy se vive una gran tradición mágica es en un barrio en el Estado de México, llamado Los Reyes. La periodista Ana Arana describe en un largo y magnético reportaje su experiencia en este sitio, donde las personas acostumbran a tratar sus enfermedades, además de con la ciencia convencional, con tradiciones curanderas milenarias.
El caso que Arana describe es el de un famosa mujer que vive en este barrio conocida simplemente como Nancy. Arana ya contaba con mucha experiencia antes de escribir sobre Nancy; había conocido e investigado el chamanismo y otras tradiciones mágicas en lugares como Centroamérica, Colombia y en Guinea-Bisáu al oeste de África.
Su experiencia en Los Reyes, sin embargo, fue mucho más reveladora. Arana entrevistó a numerososo pacientes de Nancy, desde personas con problemas emocionales hasta enfermos de cáncer. Luego de algunas semanas de visitar a Nancy, consiguió su permiso para escribir un libro sobre ella y sus curaciones.
Nancy no es ninguna primeriza, y aunque solo estudió hasta la preparatoria, conoce sobre medicina tradicional básica, pero también es una creyente sobre el manejo de energía. Como en la tradición indígena, ella cree que las enfermedades provenienen de un desajuste energético, tal como lo creían los mexicas, como lo confirma el gran estudioso de la cultura náhuatl Miguel León Portilla.
Nancy también cree que estos desajustes energéticos pueden surgir de psicomatizaciones, pero también por el efecto de malas energías como la creencia indígena del Mal de Ojo o el Mal del Aire.
La tradición curandera en Los Reyes es arraigada, como en muchas partes del país, donde las personas en situación de pobreza en ocasiones acceden solo a este tipo de atención médica; lo increíble es que este tipo de práctica es también empleada por personas de otros estratos sociales más pudientes, algunos de los pacientes de Nancy, por ejemplo, son políticos.
En un interesante sincretismo, la magia de Nancy confluye con la religión católica, la herbolaria e incluso tradiciones que vienen desde África por la influencia de los esclavos africanos que llegaron a México durante la colonia y que ella conoció por un curandero oaxaqueño.
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Nancy realiza "operaciones", curaciones profundas en las cuales emplea unas tijeras y herbolaria para realizar incisiones imaginarias. Lo más increíble es que los pacientes afirman que después de una "operación" el área tratada suele hincharse como si hubiese sido verdaderamente intervenida.
Más allá de la creencia o no de la autenticidad de estas prácticas, lo cierto es que Arana ha documentado numerosos casos de éxito. Por supuesto, lo más importante es este tipo de tradición es la fe del paciente; si este cree será mucho más fácil sanar. Si se trata de un placebo energético, en el México Profundo, millones aún acuden a él actualmente en el país.
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