En el comer, le tenían sus cocineros sobre treinta manera de guisados, hechos a su manera y usanza y teníanlos puestos en braseros de barro chicos debajo, porque no se enfriasen, y de aquello que el gran Montezuma había de comer guisaban más de trescientos platos, sin más de mil para la gente de guarda; y cuando habían de comer salíase Montezuma algunas veces con sus principales y mayordomos y le señalaban cuál guisado era el mejor…
Bernal Díaz del Castillo
El pasaje anterior nos habla de la gran diversidad culinaria que tenían los mexicas en la época de contacto con los europeos. Me atrevo a decir que tenían más guisos y platillos de los que nosotros actualmente podemos disfrutar, debido a la gran cantidad de insumos (animales y vegetales) que utilizaban para alimentarse. Entre ellos destacaban ranas, renacuajos (atepocatl), camarones de agua dulce, moscas acuáticas (amoyotl), larvas acuáticas (aneneztli), gusanos blancos (ocuiliztac) e inclusive la hueva de moscas acuáticas que era depositada en las aguas del lago de Texcoco. Es evidente que la gran mayoría de estos insectos, reptiles y anfibios ya no los consumimos, sin embargo eran platillos suculentos disfrutados por los mexicas.
Debido a la ausencia de ganado, en el México prehispánico las principales fuentes de proteínas provenían de la caza de aves acuáticas que abundaban en la laguna, liebres, venados, puercos salvajes y de 2 animales domesticados: el totolin o guajolote y los perros xoloizcuintli. Existe una curiosa anécdota que comenta Sahagún que nos aporta pistas sobre qué carne era más apreciada de estos dos animalitos. Dice así:
“Iba entrepuesta con la carne de las gallinas; cuando daban la comida ponían debajo la carne de los perritos y encima la carne de las gallinas para hacer bulto". Fray Bernardino de Sahagún
Seguramente la cantidad de ingredientes disponibles era inmensa, lo que significaba un gran reto para los cocineros mexicas de los palacios. Ellos lograron conquistar el paladar de muchos gobernantes y nobles con platillos como ranas en salsa verde, pescado blanco (iztac michi) traído desde la lejana Michoacán con salsas de chile y tomate o con frutas silvestres acidas semejantes a las moras actuales. A pesar del pasar del tiempo muchos de estos platillos los seguimos consumiendo en pleno siglo XXI como por ejemplo el quilitl, una planta silvestre comestible, el agua de chía, atolli, o el Cuitlacoche (Cuitlatl: excrecencia, Cochi: verbo dormir) un hongo que se origina en las mazorcas de maíz.
En el mundo mexica debido a la falta de aceite la mayoría de los platillos se comían asados o cocidos con sazonadores y bastante picante.
A pesar de la gran variedad de platillos disponibles en el México prehispánico, la alimentación de la mayoría de la población era sumamente frugal como lo sigue siendo en estos días. La dieta de un agricultor estaba basada en tortillas, frijoles, amaranto, algunos vegetales de la huerta familiar y chile. Cuando se tenía suerte en la caza se podía disfrutar un ave acuática, alguna iguana o una rana pero no más. En tiempos del imperio mexica no existían los horarios estructurados para comer como actualmente los conocemos, ya que en esa época se tomaba un bocadillo a media mañana, alrededor de las 10 am para consumir la comida más fuerte de la jornada, alrededor medio día. Finalmente las personas del pueblo no cenaban, sin embargo los grandes comerciantes, gobernantes o hasta los guerreros organizaban suntuosos banquetes a los cuales se tenía que llegar a media noche. Como digestivos se usaba el octli (pulque) y el cacao aderezado con miel, vainilla y chile.
Ya se me antojaron unos escamoles, ¿gustan?
Gusanos de maguey con guacamole
Sopes con chapulines
Tacos de escamoles o hueva de hormiga
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