Hoy más que nunca, se necesitan conocer las infinitas expresiones del lenguaje que cohabitan entre nosotros. La digitalización de la palabra escrita y el reemplazo considerable del lenguaje hablado por el textual-digital, han anulado el conocimiento de otros valiosos métodos de comunicación que, además, enriquecen las culturas a través de sus bellos vocabularios. El lenguaje silbado es uno de ellos.
La peculiar comunicación de ideas a través de silbidos, es una manera lírica de entenderse en las regiones montañosas de México, sobre todo en la Sierra de Oaxaca. Y es que entre llanos campos inclinados y abruptos paisajes ondulados en la lejanía, ocultos, quizás, tras la neblina o el silencio denso de la inmensidad del paisaje, comunicarse mediante el lenguaje cotidiano resulta difícil. A través del silbo –y con un grado notable de elegancia–, los interlocutores, invisibles, intercambian frases o diálogos entre la lejanía.
Para silbar no se necesitan vibrar las cuerdas vocales (de ahí que se considera un lenguaje con aire "sordo" en vez de sonoro) por lo que su intensidad tonal llega a alcanzar longitudes todavía más amplias que las de la voz. La distinción más notable del lenguaje silbado es su diversidad de alturas tonales. Siguiendo algunos estudios sobre el tema, estos tipos tonales se distinguen tanto por su interrupción o continuidad como por su frecuencia. Y también existen diferencias en estilos según la localidad.
Anteriormente se habían realizado estudios sobre el "silbo gomero" de las Islas Canarias, donde además también se habla español. Sin embargo, en la región oaxaqueña encuentras etnias que traducen su lengua nativa a través del silbo, transcripción todavía más compleja por poseer silbidos articulados. Teóricamente, esta "articulación" en el silbar podría alcanzar distinciones aún más precisas, sobre todo en el movimiento de los labios. Así, chinantecos, zapotecos, totonacos y mazatecos se comunican de cerro en cerro, mediante el único lenguaje de montaña creado para vencer distancias.
El siguiente documental muestra un recorrido empírico sobre el silbido chinanteco en Oaxaca.