La ciudad de Oaxaca es absolutamente mágica. Es un lugar distinto a cualquier otro. Entre sierras, que relatan un pasado profundo y una bellísima arquitectura, que resguarda un presente complejo, este lugar es la ciudad de las mil culturas. Su misticismo llama a los extraños de todas partes del mundo. Su amplia tradición artística y artesanal deleitan igualmente al ojo de los paseantes expertos y de los turistas incautos. Más que en muchas partes, su arraigado y aguerrido sentido de comunidad y cuidado de la propia identidad inspiran y sorprenden a quien ponga un pie en Oaxaca.
Será por todas estas cualidades que la revista National Geographic decidió incluirla entre los primeros 5 mejores destinos para viajar en 2018. Y no es la primera vez que la ciudad es condecorada con menciones del estilo. Pero una vez más la ciudad mexicana se ganó una posición privilegiada en la lista de esta revista, que celebra su diversidad cultural; su delicada arquitectura colonial y su perfecta e intrincada gastronomía.
Te dejamos 5 experiencias que puedes vivir en la ciudad de Oaxaca, para celebrar que es el 5 mejor destino recomendado por National Geographic. Por supuesto, durante 2018, no dejes de deleitarte al visitarlo…
Un deleite visual
Dicen que las nubes en Oaxaca son de ensueño. Que posiblemente se guarden el secreto que inspira a los oriundos a una creatividad surreal y una tremenda maestría en las artes. Atrévete a explorarlas y desentrañar este sitio a través del puro acto contemplativo. Si necesitas un respiro de ese cielo sublime, esta ciudad exhibe orgullosamente sus creaciones en el terreno visual. Algunos de los mejores graffiteros mexicanos son oaxaqueños y ellos siempre están cerca de los maestros de la gráfica dirigidos por Francisco Toledo.
El gusto más profundo
La gastronomía oaxaqueña es un paraíso complejo. El mole, posiblemente, el centro de esta fiesta. Un básico de la dieta local, que incluye en algunas de sus versiones más deliciosas por lo menos 100 ingredientes. Pero no te olvides del chocolate, dulce mexicano; la comida callejera en los mercados (especialmente las tlayudas de tasajo o cecina), y, por supuesto, el quesillo o, para los de afuera: queso Oaxaca.
El tacto no se queda atrás…
Pon manos a la obra. Siente Oaxaca a través de su tradición artesana. Suaves tejidos de patrones hipnotizantes, comparten lugar de origen con magníficas figuras de barro negro y tacto terroso. No te olvides de los alebrijes, criaturas que no tienen comparación, porque cada una es producto de un sueño distinto.
El aroma del licor más dulce
Respira el olor de Oaxaca; especialmente sus mezcales. Este rico licor de agave se guarda el dulce, entre el salado y el ahumado. El estado de placidez, resultado de tomar mezcal, es comparable solo con un trance místico, que te suspende de toda temporalidad.
Sonoridad entre lo comunitario
Ciudad aguerrida, donde culturas disímiles, para bien o para mal, siguen aprendiendo a dialogar. Todas con intereses cruzados tensan sin pena alguna un panorama político complicado, por decir lo menos. Sin embargo, todos resuenan en lo comunitario. Oaxaca es hogar de diversos movimientos populares y un espíritu de compromiso social muy arraigado, del que todos podemos aprender una o dos cosas.
*Imágenes: 1)Carlos Hernández López; 2)ibs_omar; 3)Consuelo; 4)Alejandro Forero Cuervo; 5)Gustavo Andrade; 6)exploraoaxaca.mx