Espejito, espejito, ¿quién es la más bella de este reino? Hemos escuchado esta frase miles de veces y nos revela algo: la necesidad de muchas por sentirnos hermosas. Y, es que este deseo no sólo puede rastrearse hasta en las películas infantiles sino en las culturas mesoamericanas. Pero en el caso de las aztecas, ellas no utilizaban espejos de vidrio, sino de obsidiana.
Además, cuando se trata de llegar a ser la más hermosa, ellas iban más allá de lo convencional. Tanto así que eran capaces de cambiar el color de su piel y el tono de su cabello con el uso de inusuales ingredientes.
A continuación, te mostraremos algunos de los métodos de belleza que las aztecas utilizaban. Aunque te pedimos que no los recrees. Muchos de estos procedimientos son tóxicos y poco higiénicos.
La llaveia axinus o de cómo agregar un toque de "vida" a la cara
Entre las aztecas, los tonos de piel rondaban entre el cobrizo o el tono canela, pero la última sensación de este pueblo era la piel amarilla. La fascinación que despertaba este color de tez era tan grande, que las aztecas tenían que frotar su piel contra tierra amarilla o, en otros casos, utilizar el axil —una sustancia pegajosa creada a partir de la pulverización de un insecto— para untárselo en la cara. La llaveia axinus también se usaba para mantener brillantes y largas las cabelleras de las jóvenes. Aunque, y en palabras de Sahagún, sólo las mujeres pecaminosas se atrevían a usar el cabello suelto.
La cochinilla, un increíble tono de larga duración
Las aztecas usaban la cochinilla para decorar su boca. Sin embargo, este tinte tan afamado no lo usaban en los labios, ¡sino en los dientes! De acuerdo a los antiguos, este era un método para llamar la atención de las miradas y la admiración de los hombres ¿Estarías dispuesto a besar a tu amada con el peligro de mancharte la boca con este tinte de insecto? Si la respuesta es un no, no te preocupes: ya estás acostumbrado; los labiales de hoy en día continúan utilizando insectos o hasta pescado para su elaboración.
El tzictli para un aliento saludable
El tzictli era el chicle y las aztecas lo masticaban al combinarlo con el axin para combatir el mal aliento y limpiar los dientes. Otra de las bondades de este singular alimento consistía en ser un medicamento para la diarrea. Un dato curioso es que las mujeres aztecas eran las únicas que podían masticarlo en público, aunque debían ser discretas.
Máscarilla hecha de hierbas y excremento de ave para la dama
Entre las mujeres aztecas era muy importante la conservación de una piel joven y fresca, por lo que el uso de mascarillas estaba a la orden del día. Uno de los menjurjes favoritos de las mujeres de esta época consistía en una mascarilla hecha de las hierbas ecapatli, tlalquequetzal y, el ingrediente especial, excremento de paloma. Esta receta para el cutis prometía milagros a quienes se atrevían a probarla.
El xiuhamolli, una hierba milagrosa, calada y garantizada
En relación al cuidado del cuerpo y los aromas que éste desprendía, el uso de fragancias era altamente solicitado. Es por esta razón, que muchas de las mujeres aztecas tenían como perfume de cabecera el xiuhamolli, una mágica hierba que contiene químicos que disuelven la grasa y la mugre. Las aztecas también utilizaban esta planta como jabón, detergente y decolorante de cabello.
El uso de distintos procedimientos para alcanzar un ideal de belleza siempre despertará controversia. Aunque, independientemente de que hoy en día consideramos estos consejos como inusuales, tenemos que admitir que en la actualidad también existen métodos que podrían estimarse igual de radicales.
Ante este panorama, sólo nos queda reflexionar sobre cuáles usamos, si realmente causan efecto y, tal vez, si lo más importante es cultivar nuestra belleza interior. Después de todo, esta no necesita ningún tipo de maquillaje o excremento de pájaro.
*Referencia de imágenes: 1) Imagen de portada, 1), 3), 4) y 6): Miranda Guerrero