Dicen que Juan García Esquivel inventó la música lounge, ese estilo tan fresco de tocar jazz, que combinó entre otros géneros mambo y bossa nova, para darle un ritmo más cadencioso, ideal para la pista de baile. Género que sin duda suena mexicano, o mejor dicho galácticamente mexicano.
Poco ha sido reconocido a nivel nacional y mucho alrededor del mundo. Juan García Esquivel fue famoso por musicalizar películas y series de televisión en Universal Studios, pero también por protagonizar inmejorables conciertos de la mano de su orquesta (principalmente en el casino de Las Vegas). Destaca su incursión en el soundtrack de Odisea burbujas, La mujer biónica, Harry y los Hendersons y Guardianes de la bahía, Los ángeles de Charlie, Los Picapiedra y Alfred Hítchcock, por mencionar unas cuantas.
Esquivel fue un hombre adelantado a su época. A los 14 años era pianista de la estación de radio XEW-AM –una de las primeras en oírse por toda la Ciudad de México–, y a los 18 ya dirigía una orquesta de 22 integrantes junto a los que musicalizaba otros programas de radio. Estudió ingeniería en electrónica en el Instituto Politécnico Nacional, y utilizó sus conocimientos para inventar otros sonidos y formas de grabar su propia música: “Alguna vez hasta mandé tirar una pared, para aprovechar el clima del exterior”, advirtió. Precisamente de esta semblanza entre música, creatividad y tecnología surgió su estilo musical por excelencia, el llamado space age pop, que no es sino otra de las formas de llamar al lounge, y que advierte especialmente el lounge a la Esquivel.
El space age pop o pop de la era espacial fue la forma en que los escuchas traducían su música, un sonido acertadamente del futuro. Y a pesar de que este género no fue creado de manera voluntaria sino espontánea –como todas las grandes aportaciones de los músicos universales–, se trata de un género que literalmente refiere al encuentro espacial y tecnológico que se daba en la época, y que tuvo gran influencia en la manera en que se grababa la música. Sin embargo, en una entrevista para El Universal corrigió con acentuado sarcasmo:
"Le dicen música del espacio, pero cuando la escribí no pensaba hacer nada futurista. También le llaman easy listening (fácil de escuchar), pero no creo que sea fácil de escribir".
Esquivel era de Tamaulipas pero desde muy niño se movió a la capital mexicana. Sin embargo, no fue hasta la década de los 50 que su carrera adquirió otro rumbo. Sus composiciones le llevaron a dar conciertos por todo el mundo, a ganarse la amistad de artistas como Frank Sinatra o Walt Disney, la admiración de cineastas como Quentin Tarantino y a ser recordado como el protagonista musical de la pantalla grande.
Juan García Esquivel no solo fue pionero del género lounge. También incursionó en la manera de formular orquestas: su trabajo no se limitaba a los instrumentos clásicos, pero tampoco al sonido popular del mambo y el chachachá, sino que agregó toda posibilidad de sonido en un mismo frasco, asumiendo ese papel de excentricidad y a su vez elegancia que ningún otro compositor mexicano logró avistar en su época.
A pesar de su descomunal fama que concentraba el fervor de las grandes masas a nivel mundial, Esquivel fue un compositor de culto en su natal México. Poco o nada fue reconocido su papel a nivel nacional –como sigue ocurriendo hoy en día con las propuestas nacionales, y que básicamente se resume a la poca o nula cultura musical a la que nos hemos orillado–. Tal vez, si México pusiera más atención en sus sonidos, los músicos nacionales tendrían cada vez más probabilidad de vivir de su arte; de lo que uno sabe hacer bien, y con lo que se siente bien de realizar.
A continuación una buena selección para disfrutar de este grandioso personaje: