La originalidad consiste en el retorno al origen
Antonio Gaudí.
Ordinariamente le conocemos con la sinonimia de “noche buena”, pero este hermoso arbusto (que era árbol) en la cultura nahua fue nombrado: cuitlaxochitl, la flor que se marchita- cuitlahui: marchitar, xochitl:flor-.
Esta es la narración de su biografía:
La cuitaxóchitl pertenece a la familia de arbustos denominada Euphorbiáceas. Su nombre científico es euphorbia pulcherrima. Este último deriva del latín y significa: la más hermosa. Es originaria del estado de Morelos y Guerrero (México). Su beldad radica en el rojo grana de sus hojas superiores, esta parte es conocida como brácteas. La verdadera flor son los botones amarillos, en ellos están los pétalos, filamentos y pistilos. La más conocida es la roja, sin embargo hay variantes de color amarillo, blancas, rosas, moradas y salmón.
Se cree que fue llamada así por su floración pasajera, aunque hay otras versiones que lo adjudican a otra característica: su similitud visual con el cuero, (cuitlaxtli) aunque esta segunda versión es la menos aceptada. Pero, sea cual sea el origen de su nombre, lo verdaderamente importante es que ahora es conocida y disfrutada en casi todo el planeta. Principalmente Anáhuac, Europa, EUA, China, Canadá y Japón.
Ahora conozcamos sus raíces:
Esta maravillosa “flor de fuego” ya tenía prestigio entre las culturas del continente de donde es oriunda. La cultura mexica la adoptó como una de sus flores predilectas, lo mismo que los zoques, zapotecas, chontales y totonacas. En cada una de estas culturas fue nombrada de forma diversa, sin embargo la apreciación fue la misma.
Pero el conocimiento de este espécimen fue más allá de la contemplación estética. Los pueblos del Anáhuac investigaron minuciosamente sobre las propiedades diversas de este fastuoso ejemplar. La lista de los resultados es múltiple, y su aportación a la medicina, a la fitoquímica y farmacología no son menores. Cada una de las partes de este matojo tiene diversos usos. Es en todo sentido, una plétora orgánica.
Entre otras virtudes se encontró que ayuda a enfermedades de la piel, inflamaciones, picaduras de gusanos, llagas e infecciones. Incluso para la coloración de cuero o textiles.
El códice Florentino en el siglo XIV nos habla de una de las características más notables de este sujeto:
Para la ausencia de leche materna se cocían las hojas, y luego se consumían con agua durante tres o cuatro días. O se ponían a hervir las flores y con ello se caldeaba los senos de la mujer durante tres días. De esta manera se producía el aumento de la leche materna1.
También se podía utilizar como método anticonceptivo y abortivo. En ambos casos la metodología utilizada eran los lavados vaginales. También servía para la inflación de la matriz y la placenta pegada2.
Como podemos observar no es un seto cualquiera, el conocimiento de sus propiedades solo pudo haber derivado de un estudio minucioso, experimentación y aplicación de los resultados útiles para nuestra sociedad humana, pues cualquiera que pretenda utilizarla necesita de un conocimiento químico exacto. El uso inadecuado solo deriva en un ataque al organismo.
Pero, esta no es toda la historia, ahora veremos cómo es que pasó de su posición predilecta entre nuestros pueblos a la fama global que hoy tiene como parte de la ornamentación de una de las costumbres de nuestro tiempo moderno llamada: la navidad.
Después de la invasión española a tierras Anahuacas se perdió el lugar privilegiado que este árbol tenía entre nosotros. Pues uno de los objetivos de la conquista fue borrar toda identidad con los antecesores culturales que les precedieron. Incluso se prohibió el uso de la medicina tradicional o cualquier expresión que remitiera al pasado. Y así dejó el lugar privilegiado que tenía entre nuestras culturas, y se sumergió en la oscuridad y el olvido.
Pero, ¿cómo fue que esta rara «flor» salió de las penumbras? Una historia popular pretende asignar el “rescate” a unos monjes franciscanos, los cuales en la temporada de sus fiestas decembrinas (natividad) comenzaron a utilizar al nombrado dentro de sus festividades para hacer ver «hermoso» su ritual. Pero una pregunta se hace necesaria: ¿cómo fué que se preservó el arbusto a través del tiempo? La posibilidad de que nuestros ancestros hayan preservado ciertas plantaciones es enorme. Pues el cariño por un amigo así raras veces se olvida. Pero volvamos al relato…
A partir de este suceso, la flor –que no es flor- comenzó su camino hacia la fama global. Pero este trayecto tiene sucesos infortunados, y sin embargo fueron estos los que le proyectaron al escenario mundial.
Adentrémonos en el guión:
En el siglo XIX Estados Unidos mandó a su primer embajador a tierras mexicanas. Su nombre: Joel Roberts Poinsett. Además de ser un divisionista de la nación mexicana fue unos de los primeros que propuso la venta de toda la parte norte del país a los angloamericanos. Iniciando con Texas, Nuevo México, Las californias, Sonora, Arizona, Coahuila y Nuevo León3. Como podemos ver tenía una carrera llena de intereses basados en la riqueza. Y mientras estuvo en territorio mexicano ejerció de espía y divisionista. A la caída de Vicente Guerrero terminó por huir del país. Pero con él llevaba una intención deshonrosa para nuestra protagonista la Cuitlaxóchitl.
Al llegar a EUA logró aclimatarla, después la patentó y él quedó como el “descubridor” de esta bellísima especie. Con su acto engañó temporalmente a los que desconocían su verdadero origen.
En ese instante la “flor· pasó de ser parte de un entretejido social a un objeto de comercio. Entonces se le impuso un nombre: Poisettia. Sí, el apellido del descubridor farsante, del ladrón.
Tiempo después una familia alemana se encargó de mover la pieza clave para su conocimiento por todos los demás continentes. El responsable de ello fue alemán Paul Ecke, quien logró desarrollar nuevas formas de cultivo y mezcla del árbol para resistir los climas más fríos del norte, haciéndola más pequeña y apta para macetas. Él y los suyos fueron quienes lograron hacer una campaña que promovió a la cuitlaxóchitl en la tradición invernal. Se sabe que desde el año 1925 estableció un rancho en California donde terminó por adecuarla y comenzó su explotación comercial. Su estrategia se basó en repartir gratuitamente macetas con las “plantas” a las emisoras de televisión para que salieran al aire en las transmisiones desde el día de acción de gracias hasta navidad.
En la actualidad el rancho Ecke tiene la patente de más de 300 variaciones de la cuitlaxóchitl, y su derrama económica en EUA y Canadá es enorme. En México hay cerca de 30 variaciones extranjeras que se utilizan para el comercio. El árbol original poco se utiliza, pues el mercado ha sido invadido por las descendientes de la nativa mexicana. Y cualquier viverista que quiera hacer uso de ellas debe pagar regalías a la compañía extranjera. Pero con todo y ello el arbusto cultivado en nuestras tierras hace su mejor desempeño para mostrar la ralea de su origen.
Veamos un poco de ello:
Hay 500 variedades de nochebuenas en el planeta
30 variedades se producen en México
600 millones de plantas se comercializan en el mundo
300 hectáreas para plantar flor de Nochebuena hay en México, lo que lo convierten en el cuarto lugar a nivel mundial en superficie cultivada
30 millones de Nochebuenas se producen en México cada año
Estos son los datos de su galanura. Su fiesta anual en México es el 8 de diciembre.
Como podemos observar es una historia llena de vicisitudes y altercados que giran en torno a este primor natural. No es posible observarla sin pensar en ello. Sin embargo, conocer su historia nos permite no solo darle el valor real de su origen e importancia en nuestra sociedad. Sino que, nos invita a considerar que la belleza de los seres vivos está más allá de lo que una tradición pueda proponer o explotar. Siempre es posible que detrás de un detalle exista una historia con raíces milenarias, tal es el caso de la cuitlaxóchitl, la flor que sedujo al mundo.
*Fuentes:
1.-Falta de leche. Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana BDMT-UNAM, México.
http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/monografia.php?l=3&t=Noche_buena&id=7627
2.- Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana BDMT-UNAM, México.
3.- Henderson, Timothy J. (2008). A Glorious Defeat: Mexico and Its War with the United States. USA: Macmillan. p. 40. ISBN 978-1-429-92279-1.
*Imagen: Oscar S. Aranda Mena