La frase "un país es…" tiene innumerables desenlaces posibles. Un país es a lo que huele y a lo que sabe; es sus habitantes y lo que ellos creen sobre sí mismos y el espacio que les rodea. También es sus colores y, en buena medida –quizá más de lo que muchos creemos–, es a lo que suena.
Cada casa, cuadra, restaurante, país, suena distinto, ya que ello es (su sonido) la exteriorización de una realidad en presente. Esos sonidos nos dan pistas y asimismo en tiempo real van construyendo una porción de la realidad. Con lo anterior dado por sentado, en una búsqueda por hacerlo consciente ¿podríamos decir a que suena México?
El ejercicio por sí mismo es emocionante, un retrato sonoro es una parte de la foto poca veces documentada y muy importante. Lo saben personas de la Fonoteca Nacional, acaso el espacio más importante del país dedicado al sonido, y han elaborado por ello un mapa de los sonidos de México, uno colectivo donde los usuarios como tú pueden "subir" los sonidos que consideran aspectos fundamentales de sitios específicos.
Significa la posibilidad de trazar la geografía sonora de México en una interfaz digital de amplio y fácil acceso. El mapa permite escuchar grabaciones que registran los sonidos de un pueblo, de una ciudad o de un entorno natural y nos muestra el lugar exacto donde estos sucedieron a partir de su geolocalización.
A través de este mapa, llamado Fonosonoro, puedes escuchar a México, o al menos una parte de él siempre muy ligada a lo esencial (aunque ello puede ser inconmensurable). Aún así, quizá lo más importante de este concepto es que los escuchas son tan importantes como las personas que alimentan al mapa sonoro, pues es la curaduría de todos lo que lo alimenta.
Encontrarás desde piezas musicales con un zoom a su espacio geográfico donde fue recabado, desde canciones clásicas de rarámuris hasta una conversación cotidiana en un totonaco en algún hogar mexicano.
Dejar ir los sonidos es desligarnos de un lenguaje mismo, propio, trascendente, poético. Afortunadamente este proyecto nos lo recuerda y de paso nos abraza con una pincelada de identidad en decibeles.
Acá encuentra el mapa.
Imágenes: Creative Commons