El arte textil mexicano posee siglos de historia y creatividad a lo largo del país. Gracias a ello, y a una amplia diversidad de tradiciones, costumbres, mestizajes y cosmogonías, México es reconocido como uno de los principales países con una hermosa producción artística en el mundo textil.
En cada uno de los rincones del país, habitan artistas textiles, tejedoras y bordadoras que se han encargado no sólo de inmortalizar las técnicas y simbolismos de nuestros antepasados en las indumentarias tradicionales, también de crear verdaderas obras de arte. En palabras del Museo de Arte Popular, en la ciudad de México, son “manos milagrosas que convierten necesidades y miedos en espíritu, obras de arte popular surgidas de la biodiversidad que conforma su hábitat natural.”
Al visitar diferentes regiones del país, es casi normal dejarse maravillar por los impactantes bordados de los puestos o tiendas, asombrarse, incluso, por sus costos tan variopintos, y desear coleccionar, aunque sea un pequeño recuerdo, del trabajo artesanal de nuestros orígenes. Pero, ¿cómo diferenciar de un arte textil de Oaxaca y otro de Chiapas? ¿Cuál es la diferencia entre los rebozos y huipiles de San Luis Potosí o del Estado de México? ¿Cuáles son las similitudes de los bordados de Guerrero y Oaxaca? A continuación te compartiremos una serie de características, con imágenes e información del FONART, acerca de los distintos artes textiles del país según el estado:
Oaxaca
Existen muchas comunidad indígenas que han mantenido sus tradiciones textiles, realizando prácticas como el cultivo de las plantas para producir hilos y textiles así como el bordado más delicado.
Originalmente, el bordado se realizaba con la punta de una hoja de maguey o agave; no obstante, hoy por hoy, la técnica ha evolucionado con la agua de metal. Los bordados representan los sueños y aspiraciones de numerosos grupos indígenas oaxaqueños, usando como inspiración la naturaleza de los valles de la región.
La mayoría de las prendas están hechas con algodón y unos aros para bordar el contorno de las figuras y luego rellenar con punto pasado vertical. El bordado se encuentran plasmados en almohadas, bolsas y chalecos.
Mazateco
El arte textil mazateco tiene la característica de confeccionar las telas de fondo –de algodón– con dibujos bordados en negro, azul claro o rojo. Normalmente las figuras tienden a ser pájaros, flores, conejos y árboles con muchas hojas, en punto zurcido, plumeado y relieve. Hay ocasiones en que los bordados tienen apliques horizontales de cintas de colores y encaje.
El bordado consiste en "dibujar"con hilos y agujas sobre una tela, y se van intercalando entre la manta y las franjas de listón, satín y encaje.
Chinanteco
En un lienzo de simbolismos, el bordado chinanteco está cargado de colores vivos y adornos de listones y encaje. Se trata de un espacio en que las tejedoras y bordadoras perfeccionan la cosmovisión de su cultura, uniendo con franjas bordadas en plumeado, los símbolos del origen del mundo, la vida y la muerte.
El arte textil chinanteco está confeccionado en gasa de algodón, en telar de correas, con dibujos geométricos y de espirales en punto corrido en algodón de colores; incluyendo con pájaros de dos cabezas. Hay en algunas partes en que se tiñe la tela con color púrpura.
Mixes
El arte textil mixe se popularizó desde la demanda que se levantó en contra de la diseñadora francesa Isabel Marrant, quien se acusó de robar los diseños de esta comunidad indígena. Además de las blusas, el arte textil mixe se le conoce por sus huipiles, fajas y rebozos, los cuales tienen brocados de color rojo, rayas verdes y azules. Por ejemplo, las fajas, ajustadas en la cintura, se tejen a mano, se enrollan por encima de otra hecha con palma o soyate.
Zapoteco
En la comunidad zapoteca de San Antonio Castillo Velasco, surgió el bordado conocido como "hazme si puedes", el cual tiene una puntada fruncida con pliegues en la prenda de algodón. Lo característico de este bordado es que los pliegues conforman flores de colores que recuerdan a la vegetación de la región.
Otro tipo de arte textil zapoteco, reconocido en el mundo, es el del Istmo de Tehuantepec. Aquí, las mujeres de esta comunidad realizan sus prendas con terciopelo oscuro, grandes flores coloridas y un borde de seda plisada en la orilla de la falda. De ahí nace el traje conocido como el de las “tehuanas”, con confecciones en terciopelo, bordados en seda y grandes flores en plumeado.
Yucatán
Maya
El arte textil constituye la producción más artesanal del estado. Las mujeres tejedoras conocen una impactante diversidad de técnicas y ligamentos que aplican en la ropa. Y dado que convergen una impactante diversidad de grupos étnicos, climas –costa y montaña–, grupos sociales y económicos.
Huipil y rebozo poseen un tipo de ornamentación y colores usados. Sus diseños están basados en símbolos mágicos- religiosos propios de cada cosmovisión e iconografía, de la identidad comunitaria y sus orígenes geoculturales.
Las tejedoras mayas del periodo preclásico solían usar materiales de origen vegetal, hasta extender sus técnicas mediante el telar de cintura. De hecho, de acuerdo con la tesis doctoral para el Colegio de Casa Lamm, por Claudia Adelaida Gil Corredor, existe evidencia arqueológica de más de 3 000 años anteriores a la llegada de los españoles, en la cual se usaban fibras de agave elaboradas en urdimbres rudimentarias.
Con el paso del tiempo, la técnica del telar se perfeccionó y, paulatinamente, se incluyó el uso de pieles de animales, plumas, algodón, entre otros más. El textil maya evolucionó gracias a que las mujeres mayas consideraban el trabajo textil como una "labor divina relacionada con las enseñanzas de Ixchel, diosa de la luna y esposa del sol, también considerada la patrona del hilado."
Para el novohispano Francisco Javier Clavijero:
Los telares eran comunísimos en el imperio mexicano, y era ésta una de las artes que aprendían todos. Carecían de lana, seda común, lino y cáñamo. Suplían la lana con el algodón, la seda con la pluma y el pelo de conejo; el lino y el cáñamo con el icxotl o palma silvestre, con el quetzalichitli y con otras especies de maguey. De algodón hacían excelentes telas, unas gruesas y otras tan delgadas y sutiles como la holanda, que fueron justamente.
Michoacán
Purépechas
De raíces prehispánicas, el textil michoacano se ha enriquecido por bordados y lienzos realizados en el telar de pedal de la época colonial. Sus obras de arte, de algodón, lana y articela, son la quintaesencia de tribus como los purépechas.
En la actualidad, se han rescatado métodos tradicionales, como con una ornamentación de plumaje incrustado en el rapacejo, desarrollando nuevas propuestas con bordados de historias costumbristas. Un ejemplo de este fenoleno es el rebozo de patakua, el cual es tejido en telar de cintura con una combinación de ligamentos textiles.
Entre las zonas principales se encuentra Aranza Municipio de Paracho.
Otomí
Los tejedores y bordadores otomíes aprenden de la faena desde antes de los doce años. Durante este aprendizaje, descubren que un tapete puede tomarles alrededor de dos meses o que un reboso cuenta aproximadamente con 200 hilos. Por tanto, tienen que aprender a contar y a medir distancias entre hilos y figuras para poder bordar o tejer.
Los principales colores que usan son el blanco, azul, amarillo, negro, con líneas verdes, anaranjadas y amarillas. Los bordados son, principalmente flores y animales.
San Luis Potosí
Teneek –o huastecos–
La indumentaria tradicional de los teenek ha evolucionado con el paso del tiempo, sin embargo se ha mantenido la importancia de las técnicas con el punto de cruz, materiales, y el simbolismo y cosmogonía en las prendas; principalmente con el dhayemlaab, mapa cosmológico del pueblo.
Los bordados tienden a ser el árbol de la vida, animales y cruces. Por ejemplo, en las blusas acostumbran llevar el quexquémitl, una prenda singular que consta de dos rectángulos de tela cosidos en forma especial para formar una capa cerrada con bordados con estambres de colores.
En el municipio de Santa María del Río, fundado por indígenas chichimecas y otomíes, se ha desarrollado una cultura de tejido. Cronistas de 1764 describieron cómo las mujeres de este pueblo portaban "hermosos paños de rebozo", con lienzos confeccionados con hilo de seda que se obtenía de la sierra de Oaxaca, algodón y plata; así como rebozos de "bolita", con hilo de origen inglés que vena enrollado en bolitas.
Veracruz
El arte textil veracruzano cuenta con un muy amplio repertorio ancestral que se ha heredado de generación en generación. Tanto el algodón como la lana han sido las materias primeras que transforman la belleza del textil de la región. La mayoría de los textiles poseen orígenes nahua.
Aquí, los rebozos de lana, por ejemplo, se realizan en las regiones altas y frías del estado. Esto es gracias a que las artesanas se encargan de todo el proceso; desde el pastoreo y trasquilación de sus borregos, el procesamiento de lana y la pintura con pigmentos de flores, minerales y plantas.
Las obras textiles se crean con algodón, combinando hilos de distintos calibre para generar texturas y símbolos según su cosmogonía relacionada con la tierra y su mundo ceremonial y ritual; como por ejemplo, flor de cacahuate, pitahaya, nochebuena; aves como tordo, cotorra, gallo, paloma y colibrí; motivos rituales, como espíritu del maíz, corazón de montaña, flor de viento, flor de muerto, árbol florido, universo, agua en movimiento, etcétera.
Totonaca
Esta etnia indígena es rica en tradición del arte textil con algodón. Desde la época prehispánica, los totonacas enviaban enormes cantidades de la fibra en "greña" a los valles centrales. Estos textiles eran elaborados con finas hiladuras que aparentan encaje y gasa.
La creatividad de las mujeres totonacas se expresó a través de de los colores, formas, texturas y técnicas plasmadas en la tela, mostrando la cosmogonía de la creación del mundo, el simbolismo del tiempo, la vida comunal y el universo.
Estado de México
Mazahua
Las niñas no tienen otro juego ni otra actividad que el bordado, por lo que las mujeres asumen el bordar como parte de su vida. De este modo, el arte textil se conecta con la identidad femenina en función de la economía familiar. Inclusive, según Romaní (2005), "Saber bordar, suele ser sinónimo de permiso para formar su propia familia".
El arte textil mazahua posee simbolismos de la esperanza, amor, hambre y muerte; experiencias que constituyen el aprendizaje cultural a través de una visión sincera y estética. Se dice inclusive que son los estados de ánimo quienes controlan al que teje o porta la vestimenta.
Tenancingo, uno de los sitios rebocemos más importantes del país. Es una obra de arte elaborada con hilo 100 por ciento de algodón y tejidos en telar de pedal, y los muy finos en telar de cintura. La tradición de hilar rebozos aquí comenzó en 1908, cuando se instaló el primer taller para fabricar los rebozos.
Diseños de aztecas, arco de Granada, arco de Campana, arco blanco, labor doble; rebozo de bolita y rebozo reservista –un rebozo que reserva una franja para plasmar un texto o figura–, el rebozo de aroma –único en el país, hecho de color negro y aroma "de luto"–.
Guerrero
Amuzgos
Habitado por la población indígena amuzga, en Xochistlahua –límite entre Oaxaca y Guerrero– se conserva mediante tradiciones, especialmente las del trabajo textil. Aquí, el tejido requiere de seguir la costumbre del cultivo del algodón, la fabricación del propio hijo para tejer, montar el telar y crear, meses después, una pieza como un rebozo o huipil. Las técnicas se han transmitido de generación en generación, principalmente los brocados tradicionales en forma de mariposas, figuras geométricas yuxtapuestas que simbolizan caminos angostos, y flores de la milpa como homenaje al maíz.
Se trata de, según FONART, "una expresión excelente del arte textil amuzgo que se mantiene vigente como una importante expresión del patrimonio artesanal de México."
Chiapas
Tsotsil
El arte textil de los tsotsiles destacan por los tejidos en telar de cintura con diseños tradicionales mayas sobre huipiles, camisas y servilletas. Los textiles que más han sobresalido son las chamarras de Lana de Chamula y los ponchos de hilo bordados de Zinacantán. Se dice que el color y creatividad del bordado tsotsil es distintivo de la región.
Tsotsiles de Zinacantán, Chiapas
Tzeltal
Las comunidades de Tzeltal, principalmente en Aguacatenango, es famosa por el bordado en blusas blancas, vestidos, camisones, manteles y pantalones. Las mujeres bordadoras y tejedoras realizan sus obras en telares de cintura, dando vida a una textura de algodón –casi transparente– y formas de rombos –que representan el cosmos–, e iconos de animales cósmicos como la serpiente, sapo, alacrán, entre otros.
El arte textil tzeltlal posee colores exuberantes, en especial cuando decoran las rosas de color fucsia y rojo. Se encuentran principalmente en zonas de Tenejapa, Pantelhó, Palenque, Ocosingo y Bacha.
Zoque
Los bordados tienden a ser de color negro y con figuras que recuerdan a los orígenes de los tiempos. Es como si a través de ese bordado, pudieran vivir dentro de su nostalgia, recordando la belleza de la flora y fauna a las orillas del río Totopak.
Para su arte textil, los zoques utilizan la renkeasa, una herramienta de madera en forma de mesa con cuatro patas en donde colocan la manta blanca y hacen el bordado en movimiento; y la takeasa, herramienta similar a la renkeasa pero sin las patas, quedando sólo un cuadro que se colocan sobre las piernas.
Chihuahua
Rarámuri – Tarahumara
El arte textil de los rarámuri se caracteriza por transmutar su mundo mediante sus bordados. Las historias de sus textiles cuentan el principio de los tiempos, cómo el diablo tenía en su piel todos los dibujos del universo, el estilo de vida de su pueblo, relatos que entrejen la fascinante pasión de quien borda.
Las iconografías más emblemáticas del arte textil rarámuri son la espiral, que representa el movimiento circular del agua en el cerro; y la greca escalonada, el cual funge como eje principal asociado con la serpiente, el agua y la lluvia, el remolino, el viento y las plumas, el caracol marino y la tierra.
Nayarit
Huichol – Wixárikas
Los artistas textiles wixárikas son considerados las más hábiles en la república, elaborando bordados con hilos de colores para representar aves, venados, flores geométricas, maíz, peyote, fuego y el sol.
A diferencia de otros artes textiles del país, los huicholes han conservado la naturaleza de sus raíces. Sólo de esa manera reflejan la tradición y cultura a través de la chaquira, hilo y estambre con peculiar belleza.
La manta tejida se le llama quechquémetl, y la elaboran tanto hombres como mujeres. Y regularmente representan al venado –dios del Fuego y del Viento en otros mitos– dejando huellas con pequeños peyotes y su sangre para sacralizar la unión entre el mundo de los agricultores, cargadores y recolectores.
*Imágenes: 1) Flickr, 2) Museo Franz Mayer, 3) Oaxacanundua, 4) INAH, 5) Fahrenheit Magazine, 6) Gilartesvisuales blogspot, 7) Pinterest, 8) Pinterest, 9) Centro Cultural Banamex, 10) Ricardoreyesarte, 11) Radiarnoticiasmichoacan, 12) Wikipedia, 13) Pinterest, 14) Veronanovias, 15) Pinterest, 16) y 17) Artes de México, 18) Pinterest, 19) CDI, 20) Wikipedia, 21) Chiapasparalelo, 21) y 22) Miradademujerespinosa, 23)zonaturistica.com; 24) Artes de México, 25) Casa Mejicú