“La belleza habla como un oráculo, y el hombre, desde siempre, le ha rendido culto”, dijo alguna vez Luis Barragán, a propósito del tema. Para entender lo anterior desde una perspectiva, quizá más mágica, habría que conectar con todos esos pensadores que, en favor del universo, acordaron que la verdadera belleza se encuentra en la naturaleza de las cosas. Que este culto del que habla Barragán, no es sino una fascinación del hombre por lo que es real.
Mirar al mundo desde esta otra belleza, la natural, debería ser un ejercicio para comenzar a practicarse de inmediato. Para no perder lo que culturalmente y por genética se tiene. Para quebrantar prejuicios escondidos y saltarnos muros mentales. Para admirar nuestra belleza mexicana y la de otros.
Tal vez porque muchos de nosotros no prestamos atención a dicha belleza, sea que, a lo largo de la historia, hemos creado estereotipos. Meros hologramas que han venido desvirtuando su esencia y los modos de entrelazarnos con otras bellezas de cultura.
Hoy en día es difícil no asimilar belleza con los arquetipos consagrados por los medios de comunicación. Sobre todo en México, paradójicamente se está acostumbrado a dar mayor valor a los rasgos que no son tan usuales en nuestro país. Que vemos en las portadas de revista mexicanas, y cuyas minorías representan un cúmulo de rasgos más criollos que mestizos.
Pero, lo cierto es que la belleza mexicana es una suerte de espíritu. Un “algo” que no se limita a un cuerpo, o a decir del fotógrafo Dorian Ulises López: uno de los rasgos más sorprendentes del mestizaje. Recientemente el diario The Huffington Post publicó un reportaje que homenajea la labor de Ulises López, sobre rescatar esa apreciación de la belleza nacional.
A través de su cuenta de instagram, mexicanomx, Ulises López comparte una serie de tomas que logran captar los rasgos más sugerentes de los mexicanos, desde un enfoque tan innovador como altamente sofisticado. Se lee en muchas de sus fotografías la profundidad en la mirada de los mexicanos –distintivo por excelencia– y una serie de contrastes culturales y genéticos –casi indómitos– que se van desdoblando según la región donde fue tomada la imagen. La colección Mexicano de Ulises López se encuentra exhibida en la bienal del museo Whitney, en Nueva York.
Esperamos que esta serie fotográfica te ayude a reconsiderar tus estereotipos de belleza. La aprobación de un margen de belleza prefabricado, permite que las personas se olviden de las cosas naturales. Incluso confirma que, quienes la aceptamos hemos perdido la conexión con el mundo real.
Por eso, en esta ocasión te invitamos a jugar con tus criterios, y a tomarte unos minutos para reenamorarte de lo mexicano desde una nueva arista (que a estas alturas, sin duda, es imprescindible valorar y traer de vuelta al mundo):
*Todas las imágenes pertenecen a la colección de Dorian Ulises López/ @mexicanomx