Conoce las máscaras aztecas hechas de cráneos humanos (FOTOS)
Fueron encontradas hace treinta años en el Templo Mayor de la Ciudad de México; inusuales ofrendas a los dioses.
Fueron encontradas hace treinta años en el Templo Mayor de la Ciudad de México; inusuales ofrendas a los dioses.
Según la mitología nahua, el hombre había atravesado por cuatro eras catastróficas que ocasionaron la destrucción y renacimiento del mundo.
Concebidos en forma de “angelitos” como los ayudantes de Tláloc, el tamal de “Tzoalli” es un peculiar platillo de la gastronomía prehispánica mexicana dedicado, sobre todo, a los ritos petitorios para las cosechas.
La tradición de los rarámuri o tarahumaras (etnia del norte de México) alrededor de la muerte, contiene interesantes lecciones de cómo afrontar, culturalmente, este fenómeno.
La mujer como madre fue un arquetipo constante e importantísimo en el misticismo y mitología prehispánica.
“La piedra sería por tanto una especie de profecía pétrea que vaticinaba el fin del mundo mexica, cosa que finalmente ocurrió con la llegada de los españoles.”
El maíz, eje medular de la cosmogonía y modo de vida prehispánico, era naturalmente uno de los protagonistas en la mitología que daba sentido a su cultura.
Los árboles como representaciones y vínculos del misticismo prehispánico.
En la geografía musical mexicana, existen un millar de cantos curativos de los que numerosos linajes indigenas se sirvieron y se sirven actualmente de sus beneficios sonoros para sanar.
Podían ser multifacéticas y tener diferentes advocaciones. Podían sufrir alteraciones en sus atributos y en su aspecto.
Esta es probablemente la más extraordinaria muestra de escritura jeroglífica maya.
Narraciones orales que aún hoy forma a la identidad de sus pueblos.
Para sorpresa de la sierra mazateca en Oaxaca, una de sus chamanas, María Sabina Magdalena García, había sido encomendada por los “hongos mágicos” para modular el viaje introspectivo y sensorial de personalidades que darían a conocer este rito mexicano.
Para nuestros ancestros había una correspondencia entre cada una de las partes del cuerpo con el cosmos.
De acuerdo con la cosmogonía azteca, el temazcal es regresar al útero materno, presidido por diosas tan extraordinarias como Tonantzin o Temazcaltoci.
Sueños lúcidos, hipnagogia acentuada y ligeras alucinaciones, son algunos de los efectos que los chontales, en Oaxaca, valoran de la calea zacatechichi.
El destino de nuestros antepasados recayó en las manos de los brujos y curanderos que protegieron sus caminos.
Si “el universo está dentro de nosotros”, como así lo creían las civilizaciones del México prehispánico, la observación de los cuerpos celestes a través de la Ciencia podría ser equivalente a observar el interior etérico del propio ser.